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Desde 2010 Toni Alcinas es uno de los nombres importantes del ranking mundial de dardos, pero esta temporada ha intensificado su apuesta por situarse entre los 32 mejores del planeta. Tras alcanzar los cuartos de final del pasado Mundial celebrado en Hamburgo, el jugador mallorquín ya configura su agenda en busca de su gran golpe y compagina la preparación, la competición, la formación y su trabajo de mecánico para tratar de convertirse en un verdadero profesional de este deporte.

«Los dardos son un hobby, pero espero que puedan convertirse en mi profesión, porque en un día puedes ganar más dinero que en muchos meses de trabajo», explica Alcinas, que actualmente ocupa el puesto 60 en la orden de mérito de la Corporación Profesional de Dardos (la PDC en sus siglas en inglés), la mayor y más prestigiosa organización de un deporte que cuenta con sus principales exponentes en Gran Bretaña, Irlanda, Alemania y Holanda.

Desde hace un año Toni Alcinas cuenta con el respaldo de la agencia de representación Modus Darts y la marca japonesa Bull’s Star para poder costearse los viajes a las diferentes competiciones. En este aspecto también es fundamental el apoyo de su familia, ya que el jugador de Campos, que en abril cumplirá 34 años, trabaja de mecánico con su padre y trata de conciliar sus obligaciones laborales con los viajes que le llevan de forma regular a Inglaterra y en distintas ocasiones a Hong Kong, Tokio o Las Vegas.

Este 2013 se ha autoexigido aumentar su nivel una vez que cuenta con el sustento económico necesario para viajar y se ha marcado como objetivo instalarse entre los 30 mejores del ranking, una posición que le daría el acceso a directo a los torneos del Grand Slam en los que se reparten importantes bolsas de premios. Para aumentar sus prestaciones se ejercita de lunes a sábado por espacio de dos horas en su casa y aprovecha para citarse una vez por semana con su amigo Albert Perelló en el Palau den Buda en Son Cladera, donde puede practicar tanto con la diana clásica como con la electrónica, una modalidad al alza en la que Alcinas puede presumir de ostentar el título mundial logrado en Las Vegas en 2010.

Tiene claro que jugará a dardos mientras siga disfrutando y pueda seguir manteniendo la vorágine de trabajo y viajes a la que se ve abocado. «Ahora es el momento de hacer un esfuerzo para intentar dar un golpe importante», explica.

Alcinas se inició de forma relativamente tardía en los dardos. Fue en el antiguo Pub Es Puntaso de Campos jugando con Tomeu Gayà. «Le tengo mucho aprecio a Tomeu porque empecé a jugar con él apostándonos el café y la verdad es que estuvo un año pagándolo hasta que fui aprendiendo», recuerda Alcinas, que es un referente nacional en un deporte sin federación a nivel estatal.