En la imagen, la cuarteta de persecución por equipos en los Juegos de Londres. | CATHAL MCNAUGHTON - REUTERS - X0

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El futuro del ciclismo en pista español se tambalea y buena parte de sus ilusiones y sueños pasan por el proyecto que tiene como epicentro del velódromo Palma Arena. El Centro Específico de Alto Rendimiento (CEAR) ubicado en el recinto de Ciutat vive sus momentos más difíciles desde su puesta en marcha y su futuro está en el aire. Los recortes anticipados por el Consejo Superior de Deportes (CSD) han cobrado forma, de la misma manera que la carestía económica de la Real Federación Española de Ciclismo, en la que la llegada de José Luis López Cerrón a la presidencia ha fijado en la pista uno de sus retos, aunque el delicado estado de la caja de la RFEC frena toda inversión inmediata. El Govern, por su parte, cede el velódromo Palma Arena.

Esfuerzo

La intención de Madrid y de los propios gestores del CEAR del Palma Arena (dirigido por el doble campeón olímpico Joan Llaneras) no es la de cerrar el recinto, aunque para soportar el retraso en el cobro de las cantidades comprometidas para el presente año, se han tenido que realizar ajustes de plantilla y económicos, y la carestía de medios empieza a ser preocupante.

Desde el CSD se ha notificado un recorte cercano al 50 % en las aportaciones a los CEAR y CAR (a excepción de Madrid, Sant Cugat y Granada), que dispondrán de unos 900 mil euros a repartirse, lo que dejaría la ayuda al ubicado en el Palma Arena en una cuantía que sería levemente superior a los 200 mil euros (en 2012 fueron unos 430 mil).

Igualmente, la Real Federación Española de Ciclismo realizaba una aportación anual (la correspodiente al año en curso, unos 300 mil euros, no se ha ingresado y su cobro se contempla muy complicado) no parece capaz de afrontar este desembolso. De hecho, su nuevo presidente, José Luis López Cerrón, reconocía ayer en el diario Marca que «el presupuesto que había para el Palma Arena se acaba en 2013 y tendremos que replanteárnoslo todo, quizá pensando más en el medio plazo y en los próximos Juegos y renunciando, si es preciso al corto plazo y los Mundiales». Una mala noticia para los Muntaner, Torres y los integrantes del CEAR del Palma Arena, cuya labor va encaminada rumbo a los Juegos de Río 2016.

La generación de recursos propios y el apoyo de la iniciativa privada son otras de las vías abiertas, aunque el futuro del CEAR está en el aire, pese a que el objetivo prioritario de sus gestores no es otro que, como mínimo, finalizar la temporada en curso y recién estrenada, que puede sufrir alternaciones de planificación si se tiene que renunciar a competiciones como la Copa del Mundo o el Mundial.