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La presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, planteó ayer suspender la final de la Copa del Rey entre el Barcelona y el Athletic, que se disputa el próximo viernes, si las aficiones vasca y catalana «pitan» al Príncipe, la bandera o el himno español, una propuesta que ha provocado un aluvión de críticas.

La Plataforma Pro Selecciones deportivas catalana, gallega y vasca, acompañada por diputados de CiU, Amaiur, ERC, BNG e ICV, pidió anteayer a ambas aficiones que reivindiquen el reconocimiento internacional de las selecciones en la final de la Copa del Rey.

Ante esta petición, la presidenta madrileña dijo que «no se puede consentir» una pitada, y ha señalado que si ocurre «el partido se debe suspender y celebrarse luego a puerta cerrada en otro lugar».

«Los ultrajes, en este caso al himno, o a la bandera o al Jefe del Estado, son delito en el Código Penal», ha dicho, y ha añadido que si hay equipos que no quieren disputar un campeonato de España, «que no lo jueguen».

Las reacciones han llegado de todos los ámbitos, desde el Gobierno central y los autonómicos hasta los propios deportistas.

Así, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha dicho que el deporte es para «disfrutar» y no para otras reivindicaciones, y ha señalado que se tratará de evitar que en la final se mezclen «unas cosas con otras».

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha descartado suspender el partido, ha pedido que no se mezcle «la política con el deporte» y ha garantizado a las aficiones de los dos equipos que pueden ir a Madrid con total tranquilidad porque «no va a pasar nada».

Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, ha opinado que la polémica «ha rebasado los límites de la sensatez» y ha apelado al «respeto histórico de los clubes y las aficiones» por la Copa del Rey.

En el Congreso casi todos los grupos se han referido al tema, empezando por el presidente de la Cámara, Jesús Posada, que ve «muy doloroso» que se quiera utilizar un acontecimiento deportivo para «exacerbar sentimientos separatistas», pero ha apuntado que «bajo ningún concepto» se puede plantear en primera instancia la suspensión del partido. Para Aitor Esteban, del PNV, Aguirre se ha metido «en camisa de once varas», y ha advertido de que si hay pitada, con declaraciones así «todavía puede ser mayor».

Xabier Mikel Errekondo, portavoz de Amaiur, ha expresado su apoyo a la «oficialidad» de las selecciones deportivas y entiende que es legítimo reivindicarlo «sin caer en provocaciones», y por eso ha animado a las aficiones del Athletic y del Barça a que pidan «con sus senyeras e ikurriñas» el reconocimiento internacional de sus selecciones.

El portavoz de ERC, Alfred Bosch, ha asegurado que a quien le apetecería silbar este viernes sería precisamente a Esperanza Aguirre porque ha actuado como «una pirómana», una «hooligan» y una «ultrasur number 1», y ha preguntado al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, si va a actuar contra ella.