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La Colònia de Sant Jordi ha tenido estos días un visitante de lujo. Por sus calles ha paseado como un turista más, pero en la piscina del BEST Centre se han podido ver de cerca las evoluciones de uno de los mayores talentos que jamás ha conocido la natación. El australiano Ian Thorpe (Sydney, 1982), junto a los integrantes de la Swiss Swimming Trainning Base y bajo la tutela de Luka Gabrilo, reinicia su brillante trayectoria sin fijarse objetivos a medio y largo plazo. Y ha elegido Mallorca para seguir dando brazadas y recuperar sus mejores vibraciones dentro del agua, el hábitat que le ha convertido en uno de los mejores nadadores y deportistas de toda la historia.

Thorpe, que en 2006 decidió poner fin a su trayectoria profesional y el pasado año anunció su regreso a la alta competición, no pudo lograr plaza para los Juegos de Londres 2012, pero pese a ello, no ha perdido la ilusión por luchar por metas que, más allá de su continente, podrían ser los Mundiales de Barcelona 2013 o los Juegos de la Commonwealth 2014.

El nadador australiano se ha ejercitado en el BEST Centre junto a otros portentos como la sueca Therese Alshmmar, el ruso Andrey Grechin o algunos de los integrantes de la selección china. El australiano, que actualmente reside en Suiza (en Tenero se encuentra el cuartel general del equipo helvético), se plantea estas sesiones de trabajo como una pretemporada, recuperando la mejor forma tras más de un lustro apartado de la alta competición. «No es fácil regresar, pero las facultades no las ha perdido», explicaba su Team Manager, Luka Gabrilo.

Ganador de cinco oros (tres en Sydney y dos en Atenas) y nueve preseas olímpicas, 'Thorpedo' ya sabía lo que era ser campeón del mundo desde los quince años y en 2001 marcó un hito al obtener seis títulos en esa cita (de los once que posee).

A sus 29 años y con un estilo y un físico inconfundibles, Ian Thorpe ha trabajado esta semana a conciencia en la piscina del BEST Centre (punto de encuentro en plena cuenta atrás hacia los Juegos Olímpicos de Londres), sabedor de que su reto es tan difícil como apasionante, pero con la ilusión de volver a pisar el podio en una gran competición. Mallorca es testigo del renacer de uno de los grandes del deporte mundial.