Andrés Iniesta, en presencia de Leo Messi, cruza el balón ante Abbiati en la acción del tercer gol azulgrana, durante el partido disputado anoche en el Camp Nou entre el Barça y el Milan. | ALBERT GEA

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BARCELONA: Valdés (), Alves (), Piqué (), Mascherano (), Puyol (); Busquets (), Iniesta (), Xavi (), Cuenca (), Cesc () y Messi ().

Cambios: Thiago () por Xavi; Adriano () por Piqué y Keita () por Cesc.

AC MILAN: Abbiati (); Abate (), Mexès (), Nesta (), Antonini (); Nocerino (), Ambrosini (), Seedorf (), Boateng (), Robinho () e Ibrahimovic ().

Cambios: Aquilani () por Seedorf; Pato () por Boateng y Maxi López (s.c.) por Pato.

Árbitro: Björn Kuipers (HOL). Amonestó a Mascherano (min.66), Cuenca (min.85) en el FC Barcelona y a Antonini (min.10), Nesta (min.39), Seedorf (min.40), Robinho (min.76), Mexès (min.90), Nocerino (min.90) en el AC Milan.

Goles:

1-0, minuto 11, Messi (pen.)

1-1, minuto 32, Nocerino.

2-1, minuto 41, Messi (pen.)

3-1, minuto 53, Iniesta.

Por quinto año consecutivo, el Barcelona, el actual campeón, no ha fallado en su cita con las semifinales tras ganar 3-1 en un partido el que el Milan llegó a igualar en el primer tiempo, pero cayó ante la calidad de los azulgrana, quienes resolvieron con dos tantos de penalti de Messi y uno de Andrés Iniesta en el segundo tiempo.

Messi sumó su decimocuarto tanto en la presente edición de la Liga de Campeones e iguala la mejor marca de siempre de José Altafini y Pep Guardiola dirigió su partido cincuenta en la competición.

Los barcelonistas sufrieron únicamente durante siete minutos, entre el 33 y el 40 del primer tiempo en los que estuvo virtualmente eliminado, ante un rival con más oficio que calidad.

Para el Barça fue determinante el tanto de Andrés Iniesta en el segundo tiempo. El jugador español, que por una vez no tuvo incidencia especial en el juego, sí fue determinante en el resultado, porque anotó el 3-1 en una jugada de delantero centro y lo celebró, dedo al aire, en homenaje del primer aniversario de su hija Valeria.

El tridente defensivo le dio al Barça más opciones por los extremos, donde Alves jugó desde el principio. Pero el Milan ofrecía la presencia de Ibrahimovic y la polivalencia de Boateng, presionaba arriba y su planteamiento fue más ofensivo que en San Siro.

No se inmutaron los italianos antes las continuas llegadas del Barça. La primera de Messi, en una contra en la que no definió bien, ni tampoco cuando el argentino se encontró con un regalo de Cesc dentro del área, una asistencia al primer toque que Leo Messi desperdició.

En siete minutos, el Barça había desnudado al Milan, que no sabía si ir a por los azulgrana o esperar. Un error de Mexes, o un acierto de Messi, acabó con las dudas. El delantero le robó el balón al central en la línea central, encaró a Abbiati, pasó hacia atrás y en la segunda jugada Messi fue derribado por Antonini dentro del área.

Messi anotó el penalti. En once minutos había hecho buena parte del trabajo. Con el 1-0 ni se desmoronaron los lombardos ni se vino arriba el Barça. Vivió el Milan de su oficio, inmutable, reconocible, esperando que pasara el chaparrón y buscar su oportunidad. Sabía que la tendría, el Barça también.

Ibra le dio una asistencia de lujo a Nocerino, quien entró desde la segunda línea y no tuvo problemas para batir a Valdés. Había empatado el Milan en la primera ocasión que tuvo (m.33).

Enloqueció el partido en los doce minutos siguientes. Se precipitó el Barça, que llegaba fácil hasta el área contraria, pero no acababa de encontrar el 'clic' definitivo en forma de combinación final cerca de Abbiati.

Y marcó el 2-1 el Barça con otro penalti. Esta vez por un agarrón de Nesta sobre Busquets, similar al que no le señalaron a Puyol a su favor en la ida. El árbitro Kuipers no dudó, Messi tampoco (2-1, m.40).

Antes del final, el argentino tuvo cerca el 3-1, también Cesc Fàbregas. El Milan dispuso de un libre directo de Zlatan Ibrahimovic, cerca del área, el segundo remate en 45 minutos, el Barça había rematado once en ese tiempo.

El segundo tiempo fue un juego de nervios. El Milan sabía que le bastaba con un gol para llevarse la eliminatoria y, mientras más tarde ocurriera, mucho mejor. El Barça, aún por delante en el marcador, y fiel a su estilo fue a por más, aunque ya con una defensa de cuatro.

Iniesta mostró su faceta de oportunista. Se encontró dentro del área con un rechace tras un disparo de Messi. El albaceteño definió con maestría en el minuto 53 (3-1).

La lesión de Piqué, a un cuarto de hora del final, puso una nueva dificultad en el camino del Barça, más teórica que real.

Jugó el equipo de Guardiola a conservar el balón, el Milan ya no tenía argumentos y las ocasiones, hasta el final, fueron todas para los locales.

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