De Guzman, en el centro, durante un entrenamiento con el Real Mallorca. | Monserrat

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El Villarreal se vuelve a cruzar en el camino del Mallorca. Lejos de conformarse con arrebatarle al equipo isleño a dos de sus últimos cerebros (Ibagaza y Borja Valero) y de apartarle bruscamente de la Europa League la pasada temporada, el enemigo público número uno vuelve a la carga con un misil a la línea de flotación del grupo. El club castellonense se ha fijado en Jonathan de Guzman para suplir la marcha de Santi Cazorla al Málaga y reforzar su línea de creación.

El Mallorca, que ha conocido el interés del Villarreal por medio del representante del futbolista holandés, «ni se plantea» entrar en negociaciones con el club que preside Fernando Roig y se remite a la cláusula de rescisión: 12 millones de euros, más IVA. Al tratarse del Villarreal, el Mallorca no está dispuesto a hablar ni siquiera por los 8 millones de euros -el jugador conserva el 20% de sus derechos- que ambas partes pactaron para facilitar un traspaso si llegaba una oferta económica y deportivamente superior. «Nos remitimos a la cláusula porque todo el mundo sabe que no tenemos relaciones con el Villarreal y no negociaremos con ellos», afirmaron ayer desde Son Moix.

En el club existe «preocupación», aunque les «sorprendería» que el Villarreal cometiera la locura de desembolsar en torno a los 16 millones de euros -el Mallorca exigiría al jugador el pago del IRPF y del IVA correspondiente en caso de que ejecutarse la cláusula, si bien en el fútbol español no se suelen abonar- para arrebatarle a su jugador franquicia.

La operación, económicamente hablando, sería redonda porque De Guzman llegó libre el pasado verano, aunque deportivamente el equipo perdería a su brújula.

Sin ofertas

Mientras la ofensiva del Villarreal, que aún no ha presentado ninguna oferta formal por De Guzman, provocaba la entrada en erupción del entorno mallorquinista, el holandés se entrenaba con absoluta normalidad, ajeno a todo, en la Ciudad Deportiva Antonio Asensio. Cuando fue asaltado por los medios, tampoco despejó las dudas: «Soy jugador del Mallorca, aunque en el fútbol todo es posible. Todo es posible», reiteraba con una sonrisa en el rostro.

Desde que arrancó la pretemporada, gran parte de los esfuerzos de Llorenç Serra Ferrer se han centrado en evitar la marcha de De Guzman, un jugador fundamental en el esquema del equipo. El máximo accionista es consciente de que será difícil retenerle si desde el propio Mallorca no se da un paso adelante.

Precisamente por este motivo, Serra y el representante del futbolista han mantenido varias reuniones durante este verano. El club balear le hizo saber su intención de negociar una ampliación del contrato del centrocampista, que expira el 30 de junio de 2013.

Sin embargo, las noticias procedentes de Villarreal -Garrido quiere contar con el futbolista para disputar la previa de la Champions League los días 16/17 y 23/24 agosto- del próximo 19 de agosto- invitan a pensar en unos días de intensidad máxima.

Eso es precisamente lo que más preocupa a Serra, que la propuesta en firme del Villarreal se confirme en la recta final del periodo de fichajes y entonces el Mallorca se quede sin uno de sus mejores activos y además no tenga tiempo de reacción.

Trauma

Por este motivo, el pobler quiere evitar lo que sería una marcha que podría calificarse de «traumática» en el caso de que el jugador abandonara el Iberostar Estadi sin tiempo suficiente para encontrar un sustituto de garantías. Pese a todo, Serra tiene una deuda pendiente con el futbolista ya que éste dio todo tipo de facilidades cuando fichó por el Mallorca. En cualquier caso, quedan menos de tres semanas para que arranque la Liga y poco menos de un mes para que se cierre el mercado. Y el baile, aún no ha terminado. Más bien todo lo contrario...