Javier Sanz pronuncia su discurso ante Joan Miquel Malagelada, Fernando Gilet, Teófilo Domínguez y Damià Vich.

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La trigésima edición de la mejor competición de la vela nacional levanta el telón. Y lo hace con más fuerza que nunca, ya que el evento volverá a rozar el límite de embarcaciones participantes, cifrado en 130. Una prueba que muestra la magnitud de esta Copa del Rey de vela, que consigue regatear incluso los malos tiempos económicos actuales.

El acto de presentación, que tuvo lugar ayer en el Real Club náutico de Palma, contó con la presencia del presidente del comité organizador, Javier Sanz, Fernando Gilet, regidor d'Esports de Palma, Joan Miquel Malagelada, director de Marketing de Audi y Teófilo Domínguez, gerente de Mapfre.

Entre hoy y mañana se realizarán las mediciones técnicas de la flota, que iniciará la competición este lunes día 1, hasta el sábado 6, día de la entrega de trofeos.

Javier Sanz, quien con un «progresa adecuadamente» puso nota al acontecimiento, destacó la renovación del formato: «Ofrecemos vela moderna y actual, los pilares del éxito». Al mismo tiempo enumeró la serie de novedades con las que se presenta esta nueva edición, como la participación de los Melges 32.

Por su Parte Fernando Gilet admitió «el placer que supone para Palma el volver a organizar la Copa del Rey» ya que según sus palabras se trata de «un éxito deportivo y social que da difusión y prestigio a la ciudad en el mundo entero, y eso es muy importante para nosotros».

En representación de Audi, Joan Miquel Malagelada admitió «sentirse más parte de la organización que patrocinador», tras cinco años ligados al proyecto. Desde Mapfre, Teófilo Domínguez recalcó el impacto económica del evento: «Es una prueba que mueve 14 millones de euros entre todos los factores». Para finalizar admitió que la entidad está «completamente identificada con la regata» y que para ellos se trata de un patrocinio muy especial, ya que «comenzó siendo de carácter nacional y ahora es conocida internacionalmente».