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Samuel Sánchez (Euskaltel Euskadi), iluminó la segunda victoria española en el Tour al imponerse en la duodécima etapa disputada entre Cugnaux y Luz Ardiden, de 211 kilómetros, estreno pirenaico con final en alto en la que el francés Thomas Voeckler (Europcar) conservó el liderato y Alberto Contador, con problemas en la rodilla, cedió tiempo a sus rivales directos.

«Samu», campeón olímpico en Pekín'08, encendió su palmarés en el Tour con una victoria «que buscaba desde niño» y unió su nombre al de otros cuatro ciclistas españoles ganadores en Luz Ardiden: Pedro Delgado (1985), Miguel Indurain (1990), Lale Cubino (1998) y Roberto Laiseka (2001).

Una década después el color naranja se expandió en la mítica cima pirenaica, no sólo por los seguidores del Euskaltel, sino por la estampa de Samuel Sánchez en meta señalando el cielo con las dos manos, compartiendo la gloria con su madre, fallecida hace unos años.

Remate

Así remató un éxito, «que vale doble y justifica toda una temporada», que fraguó en los últimos 300 metros, cuando arrancó para despegarse del belga Jelle Vanendert (Omega), con quien compartió escapada en el último ascenso. El asturiano pasó la línea con 7 segundos de adelanto sobre su rival y 10 sobre Frank Schleck, el primero de los favoritos y triunfador de la jornada.

Basso, Evans y Andy Schleck cruzaron la meta a 30 segundos, Cunego a 35 y Contador, lo hizo con un retraso de 43. El madrileño ofreció una imagen inusual, siempre agazapado en el grupo, lejos de su faceta ofensiva, como la que, por ejemplo, ofreció en el Giro.

Alberto Contador despejó algunas dudas y sembró otras para el futuro. Aunque no sufrió ningún descalabro, pues sólo se dejó 13 segundos con Ivan Basso, Cadel Evans y Andy y 33 con Frank, aportó un dato que era un secreto a voces. Su rodilla derecha no está en perfectas condiciones. Mal síntoma, pues admitió que los dolores le impiden pedalear con normalidad y que sufrió «desde el Tourmalet».

Debilidad

Sus rivales ya saben dónde le duele al triple vencedor del Tour y cual es la herida que deben hurgar, aunque Contador intentó restar importancia a su verdadero estado físico. «Mi rodilla va a ir mejor cada día y espero estar a tope para el sábado. Ahora hay que correr de forma más inteligente», señaló.

Posiblemente sus enemigos perdieron una buena ocasión para sacar más tiempo al ciclista español. Frank Schleck atacó tres veces, la última y definitiva a 2,5 kilómetros de meta. Demasiado tarde. Los demás lograron despegarse en los últimos mil metros. Poco castigo para el jefe de filas del Saxo Bank, una vez más solo ante la jauría de rivales.

La escasa batalla entre los gallos la aprovechó muy bien Thomas Voeckler para defender el maillot amarillo. En el día de la fiesta nacional francesa tuvo el honor de subir al podio como líder.

Frank Schleck, nuevo jefe de la oposición, pasó al segundo puesto de la general, a 1.49 de Voeckler. Contador salió séptimo de la general, a 2.11 de Frank, 1.54 de Evans y 1.43 de Andy Schleck.

La 13ª etapa se disputará entre Pau y Lourdes, con un recorrido de 152 kilómetros. Tres puertos puntuables, el más importante el Aubisque, a 42 kms de meta. Los corredores tendrán que gestionar la recuperación de la dura etapa de la víspera con la preparación de la siguiente, en la que de nuevo vivirán un final en Plateau de Beille.