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Fernando Gilet conoció ayer de primera mano el estado de la obras de reforma de la zona polideportiva de Son Moix, la llamada 'zona cero' de Palma. Desde octubre de 2007, cuando el 'cap de fibló' destrozó el recinto deportivo, las instalaciones han permanecido cerradas a la espera de un proyecto definitivo y hace un mes aproximadamente se iniciaron las obras. Ayer, tras confirmarse el cambio de gobierno en Cort, el nuevo presidente del IME, se hizo una idea clara del tiempo que se ha perdido y del que será necesario para poder dotar de nuevo a Ciutat de unas instalaciones clave para ciudadanos y clubes deportivos.

«Se trata de un proyecto ambicioso, que permitará a Palma tener unas instalaciones modernas al alcance de todos los ciudadanos y ahora se ha empezado el trabajo. Para nosotros es una prioridad absoluta y desde el primer día hemos estado preocupados por cómo estaba la situación», comentó Gilet.

Inicialmente todavía habrá que esperar dos años más para inaugurar las instalaciones, periodo en el cual se realizará una remodelación prácticamente completa de todo el recinto. La visita se inició en la zona donde estaban ubicadas las piscinas cubiertas. El arquitecto de la obra, Rodrigo Martínez, explicó que la actuación en esta zona consiste en situar al mismo nivel tanto la entrada como los vestuarios, se solucionarán los problemas de pérdida de agua y se reformarán las tribunas restándoles espacio para poder ganar más sitio para vestuarios. También se aumentará el número de las salas polivalentes entre el pabellón y esta zona. Respecto al tamaño de la piscina mayor, esta tendrá unas medidas de 50 x 21 metros, que se convertirá en dos de 21x 25 gracias a un puente que las separará cuando no haya competición. Por lo que hace referencia al pabellón cubierto se trabaja especialmente en recubrir la cubierta y en darle también una acústica ideal. La superficie será polivalente para adaptarla a toda clase de deportes de sala y a su vez será desmontable, por lo que si se hace un concierto podrá retirarse el parquet para evitar que sufra desperfectos.

Fernando Gilet insistió en que esta reforma es «una prioridad» y tendrá además «un seguimiento diario por nuestra parte». El presupuesto de las obras asciende a quince millones de euros y la mejora será evidente respecto a las instalaciones que conocen los ciudadanos. «El hecho de que hayan tardato tanto en inicairse las obras deja bien a las claras la mala gestión del anterior equipo de gobierno, ha sido uno de los últimos fracasos del anterior consistorio, si bien ahora mi misión no es hablar de lo que ha pasado y sí del futuro», comentó Gilet.