Adrián y Mata se abrazan tras uno de los goles de la selección. | PETER KLAUNZER

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REPÚBLICA CHECA: Vaclik; Celutska, Suchy, Mazuch, Lecjaks; Gecov, Dockal, Vácha, Moravek, Hlousek y Pekhart.

Cambios: Kozác por Pekhart, Kadlec por Moravek y Cerny por Hlousek.

ESPAÑA: De Gea; Montoya, Botía, Domínguez, Didac Vila; Javi Martínez, Ander Herrera, Thiago, Mata, Muniaín y Adrián.

Cambios: Parejo por Adrián, Capel por Muniaín y Nsue por Mata.

Àrbitro: Robert Schorgenhofer (AUT). Amonestó a Vácha, Kozák y Mazuch por la República Checa, y a Javi Martínez, Mata, Adrián y Botía por España.

Goles:

0-1, minuto 26, Adrián.

0-2, minuto 47, Adrián.

La selección española encontró su estilo para acercarse a las semifinales del Europeo sub'21 y superar la dureza de la República Checa, a la que cortó su racha sin perder un partido oficial desde septiembre de 2008, gracias a la conexión Juan Mata y Adrián López, autor de los dos goles (0-2).

Era un día señalado para Mata. Ser campeón del mundo obliga a brillar. Sacó los galones y guió a España. Ayudó la magia de Thiago. Fue clave la entrada de Muniaín. Y el remate de Adrián.

El estreno ante Inglaterra dejó dudas. Falta de gol. La República Checa ofrecía un panorama diferente. Quiso jugar de tú a tú y al verse inferior recurrió a la dureza.

España necesitaba ganar y Luis Milla dio órdenes a sus jugadores. Prohibido dudar del estilo. Lanzar más a portería, pero resultó clave la movilidad de Mata, que puso el desequilibrio hasta que fue sustituido por el mallorquinista Emilio Nsue, que diputó sus primeros minutos en el certamen continental sub 21.