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El norirlandés Darren Clarke, derrumbado tras la muerte de su esposa en 2006 y recuperado para el golf y la vida hace tres años, aseguró que salió a disputar la última ronda del Abierto de Mallorca con una sola frase en la mente: «nunca, nunca arrojes la toalla».

Clarke, de 42 años, parafraseó a Winston Churchill para explicar cómo adelantó al inglés Chris Wood, quien partía con una ventaja de cuatro golpes.

«Estoy encantado de ganar otra vez, aunque me da pena por Wood porque ha jugado muy bien. Somos del mismo grupo de jugadores, y es una pena. Yo he estado muchas veces en la misma situación y sé cómo se debe sentir ahora mismo», indicó satisfecho por volver a sentir la energía positiva de un triunfo después de tres años sin éxitos.

«Me vine abajo después de jugar en Marruecos, y decidí irme tres semanas de vacaciones con mis hijos a Bahamas. Me han venido de maravilla. Hemos disfrutado mucho y jugado poco al golf», comentó el campeón en Mallorca.

Clarke explicó sobre la última vuelta: «Cuando sales el último día a tratar de alcanzar al líder esperas un día como este, que haga viento para darte más posibilidades de ganar. Hoy estaba muy complicado, el campo es difícil pero el viento lo ha dificultado mucho».

«Por supuesto que Seve Ballesteros estaba en la memoria de todos, y si estamos aquí es por él. Por eso creo que es una victoria especial, ganar en su país justo cuando nos ha dejado», aseveró.