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Barcelona y Manchester United volverán a protagonizarán la final de la Liga de Campeones de la presente temporada, una final que ya se vivió hace dos temporadas en Roma, donde los de Pep Guardiola vencieron por 2-0.

En semifinales, el Barcelona eliminó al Real Madrid (0-2 y 1-1) y el equipo de Alex Ferguson se deshizo anoche fácilmente del Schalke 04 alemán (0-2 y 4-1). La del sábado 28 de mayo será la tercera final continental que protagonizarán los dos equipos y el décimo enfrentamiento europeo entre ellos. Anteriormente, el United venció al Barca en la final de la Recopa de la campaña 1990-91, jugada en Rotterdam, por 2-1. En total, se han medido en diez ocasiones, con tres victorias azulgranas, tres para los red devils y cuatro empates.

Se da la circunstancia de que tanto el Barca como el United tienen tres Champions en su haber y ambos consiguieron su primer cetro en Wembley, sede de la final del 28 de mayo, aunque en el antiguo estadio. Los azulgrana la consiguieron en 1992 y los ingleses en 1968.

Campeón de tres copas de Europa, el Manchester United también luchará por su cuarta corona. Su gran arsenal de veteranos -Paul Scholes, Ryan Giggs, Dimitar Berbatov- combinado con la brillantez de sus jóvenes apuestas -Wayne Rooney, Javier Hernández «Chicharito» o los gemelos brasileños Fabio y Rafael Da Silva- constituyen la poción perfecta para el éxito del equipo inglés.

En su banquillo se sienta desde el 7 de noviembre de 1986 el casi septuagenario técnico Sir Alex Ferguson, considerado el mejor entrenador del Reino Unido y convertido ya en el más duradero de la Premier League.

A sus discípulos se les conoce como «diablos rojos» y, al menos desde que los dirige ese escocés de cara enrojecida que se desfoga en los partidos masticando chicle, son capaces de transformar repetidamente cualquier resultado desfavorable.

Confianza

Lo han demostrado esta temporada en distintas ocasiones, pero especialmente en la cita liguera contra el West Ham el 2 de abril, cuando el Manchester dobló la ventaja de su rival al reponerse del 2-0 con el que perdía en el descanso para ganar finalmente por 2-4.

La historia del club, con 133 años que custodiar, archivó otro ejemplo de esa habilidad tras la épica final de la Liga de Campeones de 1999, en el Camp Nou. Sólo 120 segundos cambiaron el destino del Manchester, que remontó al Bayern de Munich con dos goles mágicos (2-1) de Teddy Sheringham y Ole Gunner Solskjaer en los últimos dos minutos del duelo.

Ese y muchos otros episodios de su trayectoria sirven de fuente de inspiración para pequeños y grandes clubes de todo el mundo, así como de gancho para sumar nuevos adeptos. Se dice que su afición es la más numerosa y su patrimonio, el más elevado.

Según divulgó el mes pasado la revista Forbes, el Manchester United es, por séptimo año consecutivo y seguido por el Real Madrid, el club más rico del mundo con un valor estimado de 1.870 millones de euros.

Propiedad de Malcolm Glazer y su familia desde que en mayo de 2005 este magnate estadounidense de origen lituano se hizo con la mayor porción accionarial, el club pasó antes por manos de los irlandeses John Magnier y JP McManus, millonarios del sector de las carreras de caballos.

La última vez que Manchester y Barcelona se midieron fue el 27 de mayo de 2009, en la final de la Champions, cuando el equipo de Pep Guardiola ganó por 2-0. Su próxima cita, el 28 de mayo en Londres.