Imagen del estadio Lluís Sitjar.

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Cort ha decidido acelerar los trámites para derribar el Lluís Sitjar. Después de que los copropietarios alegasen al expediente de declaración de ruina del estadio que inició la alcaldesa de Palma, Aina Calvo, a comienzos de noviembre, el Ajuntament pretende que éste quede resuelto cuanto antes y que el derribo de la instalación, previsto inicialmente para finales de este mes o comienzos del próximo, no se aleje demasiado de esos plazos. Con ese fin, el consistorio ha activado su maquinaria administrativa y algunos de los funcionarios que trabajan en el asunto están realizando horas extras.

La falta de acuerdo con respecto al futuro del estadio propició que Aina Calvo firmase a finales de 2010 el decreto que debía desembocar en la demolición del recinto y recordó que si sus propietarios no lo hacen, lo hará Cort de forma subsidiaria. Y en esa dirección, conviene recordar que el coste del derribo asciende aproximadamente a unos 1.690.000 euros. «Es importante acabar con la situación de decadencia del Lluís Sitjar», recalcó la alcaldesa en aquel momento. «No creo que Palma esté en condiciones de tener dos estadios de fútbol. «Todos tenemos claro que se tiene que demoler el estadio», apuntaba poco después en otra de sus intervenciones públicas.

El pasado viernes, el Mallorca expuso su tratado de intenciones y presentó en sociedad un estudio del proyecto que pretende desarrollar en los terrenos del Sitjar, que comprende la construcción de un nuevo estadio para entre 25.000 y 30.00 espectadores junto a una zona comercial. El club recordaba además que el mismo sería financiado a través de capital privado, aunque para llevarlo a cabo necesitaría ayuda institucional ya que precisa de la cesión de 32.000 metros cuadrados de zona verde en esa misma zona. En esa misma presentación, el presidente de la entidad bermellona, Jaume Cladera, era cuestionado por esta cuestión y señalaba que «si el Lluís Sitjar es declarado en ruina tendremos que cumplir y demolerlo».

El Mallorca ha aprovechado también los últimos días para presentar el estudio a las principales fuerzas políticas de la Isla.