Vicenç Reynés (Omega Pharma Lotto) y Joan Horrach (Katusha) sostienen una rueda durante un descanso de un entrenamiento, en la jornada de ayer.

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Deià puede presumir de contar con tres ciclistas profesionales. Una cifra estratosférica teniendo en cuenta la población total de la localidad de la Serra de Tramuntana. Los dos más veteranos (Marc Reynés no estará en la Challenge) volverán a intentar la conquista de una victoria que les haga profetas en su tierra, más después de que Joan Horrach se quedara a un paso -fue segundo, por detrás del luso Rui Costa- en 2010. El veterano corredor del Katusha afronta su undécima presencia en la clásica isleña, y a sus 36 años conserva fuerzas para aspirar a tener un hueco en el 'nueve' del Giro o la Vuelta. Eso sí, en la Challenge, es probable que tome la salida todos los días, aunque el punto de mira y la espina clavada están en casa.

Recién aterrizados de Australia (tomaron parte un año más en el Tour Down Under), Horrach y su socio Vicenç Reynés -la tarde del sábado 12 de febrero tienen previsto inaugurar Pro Bikefit, la tienda de ciclismo que han puesto en marcha en Bunyola, antes de la estación del tren- ultimaban ayer su preparación antes de incorporarse a sus respectivas concentraciones del Katusha y el Omega Pharma Lotto.

Reválida

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El fichaje por la veterana escuadra belga supone un espaldarazo en la carrera de Vicenç, quien a sus 29 años abandonó en HTC Highroad de la mano de Andre Greipel, quien le ha hecho uno de sus hombres de confianza en la preparación de las llegadas. Ese papel le abre de lleno las puertas del Tour de Francia, donde el alemán necesitará de su concurso, y de la Vuelta.

Para empezar, Reynés seleccionará al detalle sus apariciones en la Challenge. Competirá en Deià y Calvià, donde Greipel quiere repetir el triunfo del pasado año, amparándose en la labor del balear, que no renuncia a nada. Su novena aparición en la clásica mallorquina le plantea la opción de pujar junto a Joan por el codiciado triunfo en casa. «Este año podemos ganar, ¿por qué no?», aseveraba Reynés ante el asentimiento de su amigo.

«Ese día, Deià es una fiesta y si uno de los dos ganamos, puede ser tremendo», explicaba Vicenç, que ha variado su planificación, dejando atrás su etapa como clasicómano , para centrarse en los objetivos de Greipel, aunque sin descartar volver a vencer en Mallorca, como hiciera en 2007. Y qué mejor manera que en casa.