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No todo el talento mallorquín del Mundial de motociclismo se concentra sobre una moto y en la pista. El más veterano de los isleños enrolado dentro de la caravana del Campeonato alcanza más de una década inmerso en este singular universo dando un paso al frente en sus atribuciones.

Tras una larga etapa como técnico de suspensiones del fabricante Showa, este año le ha llegado su gran oportunidad. Y es que de la mano de la estructura de Stop and Go, el mallorquín Fausto Bencivenni Pons se ha ganado un reconocimiento a su labor siendo nombrado jefe de mecánicos del equipo de Moto2 que tiene como piloto al thailandés Ratthapark Wilairot. En su parcela dentro del box del Thai Honda PttSingha SAG, Fausto se encarga de que la máquina del oriental dé el 100%.

Sus inicios se remontan al año 2000, de la mano de Luis D'Antín. Empezó como mecánico de su equipo para fichar en 2005 por Showa.

Como encargado de controlar las suspensiones de las motos a su cargo, ha tenido el placer de trabajar con numerosos pilotos, y de obtener logros como el título mundial de 250 de Hiroshi Aoyama, o tener dentro de su nómina al tristemente desaparecido Shoya Tomizawa. «Cada vez que pienso en lo que pasó me quedo sin palabras», comenta visiblemente afectado y emocionado Bencivenni cuando comparece el nombre del fallecido piloto japonés.

Su objetivo es seguir aprendiendo y mejorar en Moto2 para, «algún día y si me llaman, poder formar parte de un equipo de MotoGP. Es lo máximo también para nosotros», explica Fausto, quien añora mucho su Mallorca natal, «en especial a la familia, y el frit de mi madre, por supuesto».

El reto en cada Gran Premio para Bencivenni es lograr «que la moto corra al máximo, aguante... y dentro del box, organizar el trabajo de los mecánicos, controlar todo lo referente a recambios e interpretar lo que le sucede al piloto en pista para trasladarlo a la moto y mejorarla».

Fausto hizo realidad su sueño, pues ya de pequeño confiesa que leía las revistas especializadas en motociclismo, «y me fascinaban algunos nombres de mecánicos que hoy en día son compañeros, e incluso alguno de ellos me consulta algunas cosas de vez en cuando».

Sobre el dulce momento del motociclismo mallorquín, el responsable de la moto número 14 de Moto2 es claro. «Es un milagro, porque faltan medios. Para empezar, un circuito. Pero desde la Federación Balear y por parte de los padres de los pilotos sé que se hacen esfuerzos para intentar competir y mejorar, aunque que Mallorca tenga un campeón del mundo de MotoGP y un piloto fijo en 125 es increíble. Lo de Lorenzo este año ha sido incontestable», admite Bencivenni.

Su futuro seguirá ligado a la cilindrada intermedia, aunque su objetivo es enrolarse en un equipo de la categoría reina. De momento, ya se ha granjeado el respeto del selecto mundo de las dos ruedas.