El jugador de los Celtics de Boston Kevin Garnett disputa el balón con Pau Gasol. | Matthew Cavanaugh

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Sólo tuvieron que pasar 48 horas para comprobar como el base Derek Fisher se convertía en el nuevo héroe de las Finales de la NBA después que ayudó a Los Angeles Lakers a conseguir el triunfo por 84-91 antes los Celtics de Boston, en el tercer partido de la serie que disputan al mejor de siete.

Mientras que el escolta Ray Allen, que en el segundo había sido el héroe en la victoria de los Celtics, pasó a ser el villano del encuentro al fallar todo los tiros que hizo a canasta, menos dos desde la línea de personal.

Fisher, de 35 años, volvió a ser «Mister Finales», al surgir con los puntos decisivos en el cuarto periodo, incluida la jugada de tres puntos que con 48 segundos para concluir el partido ponía un parcial de 80-87 que aseguraba la victoria para los Lakers.

La acción de Fisher llegó precisamente después del decimotercer fallo en los tiros a canasta, que iba a ser el octavo intento de triple de Allen.

«Estoy emocionado, la verdad es que el equipo siempre confía en mi y me siento muy contento de haber luchado para ganar un partido que era muy importante para nosotros», declaró Fisher, que concluyó el encuentro con 16 puntos, incluidos 11 en el cuarto periodo.

El entrenador de los Celtics, Doc Rivers, no tuvo problemas en admitir que el gran culpable de la derrota de su equipo no fue otro que Fisher, al que no pudieron controlar en los últimos 12 minutos del partido.

«Ganó el partido para ellos. Derek Fisher fue la diferencia en el partido», declaró Rivers. «Es un jugador, luchador, fuerte, persistente y después que Kobe si vino abajo, él se hizo dueño del partido cuando el resto de sus compañeros no respondieron de la misma manera».

Bryant, que fue el líder encestador de los Lakers con 29 puntos, pero sólo anotó cuatro en el cuarto periodo -todos decisivos-, tampoco tuvo problemas en alabar el juego y las acciones de Fisher.

«Eso era, simplemente Derek siendo Derek», destacó un Bryant mucho más sonriente y amable con los periodistas, nada que ver con el despectivo y poco comunicativo de la rueda de prensa posterior al segundo partido. «Hizo las grandes jugadas todo el tiempo. Nunca deja de maravillarme».

Bryant reconoció que los Celtics pudieron perfectamente haber ganado el partido a pesar de estar con una desventaja de 17 puntos en la primera parte (20-37).

«Tuvimos que tener tranquilidad y entender que los Celtics iban a reaccionar para recuperar terreno en el marcador, como así sucedió en la segunda parte», explicó Bryant. «Apretaron y se acercaron en el marcador, pero nunca pudieron tomar control del juego ni del partido».

Bryant destacó que los Lakers siempre acertaron con los tiros decisivos cada vez que los necesitaron en el cuarto periodo y ahí estuvo otra de las claves del triunfo.

Eso fue precisamente lo que esta vez le faltó a los Celtics, tener la capacidad de acierto con los tiros decisivos, que nunca lograron al fallar el alero Paul Pierce, el base Rajon Rondo, pero sobre todo Ray Allen, que se bloqueo ante el marcaje de Fisher.

El veterano jugador no fue ni la sombra del que en el Staples Center dos antes había logrado 32 puntos y establecido la nueva marca en las Finales de la NBA con ocho triples.

Esta vez se ganó el honor negativo de tener la tercera peor marca en más fallos en los tiros de campo y de triples para un partido de las Finales de la NBA sin conseguir una sola canasta.

Chip Reiser, de los Bullets de Baltimore (1948) y Dennis Johnson, de los SuperSonics de Seattle (1978) fallaron los 14 tiros de campo que hicieron en las respectivas Finales de la NBA que disputaron son sus equipos.

«Fue una pesadilla en la manera como tiro a canasta», declaró Rivers. «Así es el baloncesto. No tienes que preocuparte por estas cosas. Mañana estará en el gimnasio y se preparará para estar listo cuando disputemos el cuarto partido».

Por su parte el entrenador de los Lakers, Phil Jackson, se mostró en la misma línea de Rivers y Bryant cuando dijo que Fisher había sido la clave del triunfo no sólo por los puntos que consiguió sino por la gran defensa que realizó con el marcaje a Allen.

«El trabajo de Fisher en el marcaje a Allen fue terrorífico», destacó Jackson. «Además la jugada de tres puntos con 48 segundos aseguró el triunfo que tanto necesitábamos».