Los jugadores del Atlético subidos en el autocar. | Reuters - PAUL HANNA

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El Atlético de Madrid cumplió ayer con una agenda repleta de actos que le llevaron a visitar la Catedral de la Almudena, al Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid, para finalizar la fiesta en Neptuno, el dios con el que siempre han celebrado sus títulos y al que hacía catorce años no ofrecían uno.

La jornada comenzó temprano. Los jugadores estaban citados en el estadio Vicente Calderón a las 16:30 horas para media hora después, a las 17:00 horas, partir desde su feudo en dirección a la Catedral de la Almudena. Allí, el obispo auxiliar de Madrid, el señor Fidel Herráez, les recibió, se mostró colchonero, y los jugadores ofrecieron el título a la patrona de Madrid. Unos trescientos aficionados se concentraban a las puertas de un templo que los recibió y los despidió con repique de campanas. Posteriormente, la comitiva se desplazaría hasta el Ayuntamiento donde le esperaba el alcalde Alberto Ruiz Gallardón, y un millar de aficionados que en una de sus galerías interiores animaron a su equipo, y saltaron al ritmo del tradicional cántico de «Camarero» entonado por Antonio López.

Anteriormente, el alcalde ya les felicitó por el título, les agradeció el esfuerzo y les dedicó palabras tales como: «Tenéis la costumbre de hacer sufrir a vuestro aficionados», aunque también dijo que cuando se gana se hace porque se es el mejor.
El siguiente destino en el navegador del autobús descapotado todo rojo y con el lema «Campeones, el sueño continúa», fue la Comunidad de Madrid, donde les recibió Esperanza Aguirre. Y en el destino final, la fuente de Neptuno, más de cien mil personas celebraron con su equipo el final de un largo camino que comenzó en febrero con una dura eliminatoria ante el Galatasaray turco. Ahí la plantilla cantó, bailó, botó y animó a sus seguidores a continuar con la fiesta. El Atlético vivió ayer en Madrid su día grande.