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El Benfica portugués arrebató hoy al Inter Movistar español el título de la Copa de Europa de fútbol sala en la prórroga (3-2), en un partido tenso e igualado disputado en la capital lusa ante 9.400 aficionados.

El duelo comenzó con pocas ocasiones y repleto de faltas, y las escasas acciones peligrosas fueron todas obra del Inter Movistar, campeón continental en 2009, ante un Benfica con menos determinación.

El equipo español comenzó el encuentro con las ideas más claras que en la semifinal del pasado viernes, en la que se enfrentó al Araz Naxcvian azerbaiyano, cuando se mostró descentrado y sólo se pudo hacer con la victoria en los últimos compases del partido.

El brasileño Marquinho hizo el primer gol para el Inter (min. 8) en una jugada de contraataque y el Benfica equilibró la balanza (m.12) mediante una falta indirecta ensayada después de que Ricardinho, la estrella del conjunto portugués, pasara el balón a Joel Queirós, que perforó la portería de Luis Amado.

En los primeros minutos de la segunda mitad, el Benfica, más decidido que su rival, se adelantó en el marcador con una diana de Arnaldo (min.22).

La desventaja no amilanó al equipo español, que no cejó en su empeño de atacar por el centro con asistencias al pívot brasileño Betao.

La insistencia del Inter Movistar obtuvo sus frutos pocos minutos después, cuando Betao consiguió el 2-2 con un elegante gol de tacón.

A partir del ecuador de la segunda parte, el Benfica atacó con insistencia la portería de Amado, quien demostró su categoría con intervenciones milagrosas.

La igualdad obligó a disputar una prórroga de 10 minutos en la que Betao gozó de dos ocasiones claras ante el guardameta Bébé, antes de que el Benfica marcase su tercer gol con un contraataque rápido de Davi -elegido mejor jugador del torneo- que cogió desprevenida a la defensa visitante.

En los últimos cinco minutos de la prórroga el Inter Movistar echó mano de Beto como portero-jugador para hacer más consistentes sus acciones ofensivas, pero no acertó a nivelar el partido.