TW
0

Carlos Román

Aritz Aduriz Zubeldia (San Sebastián, 1981) representa el cambio. El delantero vasco, que llegó el pasado verano a la Isla como uno de los fichajes más caros en la historia del Mallorca, es el máximo goleador del equipo, uno de los más regulares de la plantilla y uno de los ideólogos de la remontada. El sábado volverá a pisar el césped de San Mamés, aunque esta vez lo hará con una camiseta distinta a la del Athletic.

-Han pasado casi ocho meses desde que llegó al Mallorca ¿Qué tal se encuentra?

-Muy bien. Poco a poco me he ido adaptando a la Isla, a los compañeros, a la gente... La verdad es que cuando los resultados acompañan, todo funciona mucho mejor.

-¿Es todo como esperaba?

-Cuando tomas una decisión como la que tomé yo el verano pasado nunca sabes cómo va a ir la cosa. Está claro que al principio de curso pasamos momentos, pero ahora, poco a poco, vamos levantando la cabeza. Tampoco podemos relajarnos, sabemos que tenemos que ir despacio y sumar los puntos que nos faltan.

-¿Son muy distintos el Mallorca y el Athletic?

-Son diferentes, pero ahora en el Mallorca hay gente muy seria y con la ilusión de que el club goce de buena salud. Hay diferencias en la afición y en lo que conllevan uno y otro, pero el Mallorca es una gran entidad que está creciendo mucho.

-Fue de los últimos en llegar y lo hizo además con una doble responsabilidad. Su fichaje fue uno de los más caros de la historia y tenía que sustituir a Güiza...

-Era una responsabilidad que tampoco podía evitar. Los acuerdos los alcanzan los clubes y lo que se pagó por mí me parece una barbaridad, esas cantidades se me escapan. Lo único que podía hacer era jugar lo mejor posible y ayudar al grupo para compensar el esfuerzo que el club hizo para tenerme aquí.

-¿Llegó a arrepentirse alguna vez del cambio?

-Fue un comienzo un poco raro, porque venía a un club que pensaba que estaba bastante bien y a nivel institucional había bastante follón con el tema de la venta. Pero nunca me arrepentí. Hay que mirar siempre hacia adelante y cuando tomé la decisión lo hice muy convencido.

-De momento es uno de los mejores argumentos del proyecto. ¿Se siente valorado?

-Creo que soy uno más, que hago lo que puedo. Somos más de veinte jugadores en el vestuario y el que juega suele hacerlo bien. El grandísimo papel que hemos hecho en la Copa lo demuestra, porque la gente que jugó no era la que lo hace habitualmente. Hay plantel para disputar varias competiciones y yo sólo soy uno más. Aunque sí que aprecio mucho el cariño del público y los ánimos de la gente.

-Ha hablado de la Copa, ¿llegó a verse jugando la final contra el Athletic?

-Sí. Hubo momentos en los que tenía esa ilusión, aunque también entendía que iba a ser difícil porque en semifinales nos encontrábamos con un rival que está por encima del resto y arrastrábamos un mal resultado de la ida. Al final no pudo ser, pero visto desde la distancia, hicimos un muy buen papel.

-A nivel personal, ha marcado ya ocho goles y está a sólo un tanto de igualar su mejor registro en Primera División.

-La verdad es que me hubiera gustado llevar muchos más, pero lo importante es que el Mallorca se salve cuanto antes, que es lo que todos queremos. Todos apostamos por eso, da igual quién meta los goles. Y yo tampoco me he marcado ninguna cifra porque puede ser peligroso.

-¿Cuál es la actuación de la que se siente más orgulloso?

-De todas en general. Lógicamente, cuando más satisfecho y orgulloso te sientes es cuando marcas y el equipo gana, cuando los goles sirven para puntuar.

-¿Qué tal es su relación con Gregorio Manzano?

-Me habían hablado muy bien de él y lo he confirmado. Aparte de lo que es como entrenador, es muy humano y sabe tratar con la gente. Te convence de las cosas con argumentos y eso es lo más positivo.

-¿Qué opina de las críticas que recibió el técnico durante aquella mala racha de la primera vuelta?

-Al menos por nuestra parte, nunca hubo dudas de su capacidad para dirigir al equipo. Sabíamos que los que teníamos que sacar las cosas adelante éramos nosotros y el tiempo ha demostrado la importancia de seguir confiando en él. La continuidad ha sido buenísima para el grupo y para su confianza.

-Le ha tocado vivir el final de la 'era Grande' y el regreso de Alemany ¿Qué diferencias aprecia entre un estilo y otro?

-Hay cosas que han mejorado muchísimo desde la llegada de Mateo. Yo no le conocía, pero todo el mundo le esperaba y se nota por qué. Le ha dado al club una tranquilidad institucional muy grande y se ha vuelto a hablar de fútbol, que es lo que necesitábamos todos. Cuando se la da importancia a otras cosas el entorno se inestabiliza y eso salpica a todo el mundo, desde la prensa hasta los aficionados. La vuelta de Alemany nos ha traído tranquilidad y aunque parezca mentira, se traduce también en los resultados. Ha sido un gran cambio para nosotros.

-Aunque en su momento se negó, ¿llegaron a calar en el vestuario los problemas de Grande?

-Nosotros salimos a jugar y ya está, pero es verdad que si las cosas no están como tienen que estar, inconscientemente te dejas llevar. Es importante que en la cúpula del club haya tranquilidad, porque si no es así, todo se complica.

-¿A qué se debe el cambio que ha dado de esta segunda vuelta?

-El equipo ha reaccionado muy bien a los problemas y ahora somos un bloque mucho más intenso y difícil de batir. Tenemos gente de calidad como para solventar determinadas situaciones y ganar partidos.

-En cualquier caso, esa calidad de la plantilla ya existía antes.

-Sí, pero ahora nos hemos mentalizado y nos hemos centrado en poner las bases, en mantener la portería a cero y en jugar un poco más juntos. Poco a poco lo estamos consiguiendo y ahí está nuestra reacción.

-¿Está encarrilada la permanencia?

-Todavía nos queda mucho por hacer. Está todo igualadísimo y hay un montón de equipos en un margen de puntos muy pequeño. Sí es verdad que la situación es muy diferente a la de antes, pero queda mucho trabajo por delante. Para nosotros será clave sacar los partidos de casa y superar cuanto antes la barrera de los 40 puntos. Pero lo primero es ganar en Bilbao.

-Ha llegado la hora de volver a San Mamés.

-Va a ser muy especial, diferente al resto de partidos. Volver allí será muy bonito y extraño a la vez, aunque no habrá espacio para muchas cosas. Tantos ellos como nosotros necesitamos ganar y seguro que será un encuentro muy disputado.

-¿Se esperaba que hubiera tanto revuelo en Bilbao a raíz de su marcha?

-La verdad es que no, aunque me hizo ilusión que se acordaran tanto de mí, es algo que se agradece. La pena es que el sábado los dos tendremos muchas necesidades. Habrá un ambiente espectacular y será muy bonito vivirlo.

-¿Cree que a ellos les pasará factura lo de la Copa?

-Espero que no. Han estado un poco despistados hasta ahora, pero seguro que ahora se centran y que después de enfrentarse a nosotros empiezan a ganar partidos. Lo contrario sería muy peligroso.

-¿Qué pasará si marca?

-No sé qué sensaciones tendré, pero supongo que no estaré para hacer muchos aspavientos. Lo único que sé es que intentaré ayudar al Mallorca a conseguir una victoria importantísima. Son cosas del fútbol y ahora cada uno tiene que seguir su camino.