Chris Moss intenta anotar ante la oposición de Bud Eley. Fotos: ALFAQUÍ

TW
0

No hubo opción. Cuando más propicia se antojaba la posibilidad de abrir la lata de los triunfos, el Menorca topó con su propia incapacidad, generada por la escasa aportación de hombres determinantes, y puso el partido en bandeja a un discreto Murcia. Sin mostrarse excelsos en defensa, fue en ataque donde los hombres de Ricard Casas dilapidaron sus expectativas de vencer. Excepto Bazdaric, Jeter y Eley, el resto del equipo estuvo missing. Stojic, secado por la defensa murciana, cerró el partido con dos puntos y vio el último cuarto casi íntegro desde el banquillo, en una imagen que ejemplificó lo mal que le rodó todo al Menorca. Pero no sólo hay que buscar en la figura del capitán las razones de una derrota que por momentos rozó el sonrojo. Tampoco Boisa o Ivanov, llamados a ejercer de elementos desequilibrantes dentro del grupo, estuvieron a la altura. Precisa el Menorca, independientemente de cual sea el contrincante, de una superior suma de prestaciones colectivas si pretende victorias. Ayer, tras un correcto inicio, el desplome en la segunda mitad, sin explicación aparente, cercenó todas las ilusiones de triunfo mucho antes del final. Con todo, albergó ciertas expectativas el equipo menorquín en los primeros compases del encuentro. Un inmaculado porcentaje en tiros de campo le permitió abrir brecha de inicio (4-10, 11-17). La inspiración de Jeter, la sobriedad de Eley en el poste y el acierto de Bazdaric resultaban argumentos incontestables para un Murcia en el que únicamente Moss (10 puntos en el primer cuarto) ofrecía réplica. Los de Casas controlaban el ritmo del juego, y mantuvieron su dominio hasta que, rozando el epílogo del primer parcial, reaccionó el cuadro de Hussein. El Murcia enjugó la desventaja primero, y abrió margen después (de un cómodo 13-21 a un preocupante 29-24). El Menorca sólo sumó en ese intervalo (más de cinco minutos) desde la línea de 4.60, mientras que los pimentoneros se mostraban activos desde diversas posiciones. El retorno de Eley a pista y el acierto de Bazdaric dieron árnica al Menorca, que pasó de un 38-31 a un apretado 40-36 al borde del intermedio. No obstante, una mala lectura de los instantes finales posibilitó a los murcianos fracturar de nuevo el partido (43-36, descanso), acrecentándose tal circunstancia en la apertura del tercer cuarto (dos triples consecutivos de Dean para un ya descorazonador 53-40). Una técnica a Thomas y otra al banquillo, alimentó el sueño, pero sucedió todo lo contrario (65-47 a punto de finalizar el tercer cuarto). El definitivo y último parcial tan solo sirvió para eludir una derrota mayor, gracias en parte a que el Murcia bajó los brazos, y en parte también al acierto de Jeter, que batalló por su cuenta (78-70).