TW
0

C.R./T.J.
El mejor bálsamo para curar las heridas con las que el Real Mallorca abandonó La Romareda es una victoria en Riazor, pero tanto el presidente Vicenç Grande como el entrenador Héctor Cúper iniciaron ayer la terapia para suavizar la delicada situación en la que se instalaron los rojillos el pasado domingo.

El máximo responsable de la SAD balear se desplazó hasta la Ciudad Deportiva Antonio Asensio para dialogar con los jugadores, a los que repartió ánimo y respaldo. Grande bromeó con algunos y tuvo breves charlas con otros para expresar la confianza del consejo de administración en la plantilla, que agradeció en buena medida el gesto de apoyo del presidente bermellón, que habló de forma individual con varios futbolistas con especial atención en el internacional venezolano Juan Arango y el delantero mallorquín Víctor Casadesús.

La iniciativa de Vicenç Grande suponía un mensaje de unidad que tuvo su prolongación en los campos de entrenamiento, ya que el siguiente en tomar el turno de palabra fue Héctor Raúl Cúper. El técnico argentino reunió a los jugadores sobre el césped de la Ciudad Deportiva Antonio Asensio y transmitió un mensaje idéntico al del máximo accionista de la entidad isleña.