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Héctor Cúper recuperó ayer el gesto de la preocupación después de noventa minutos de auténtica locura. El entrenador argentino del Real Mallorca reconocía poco después del encuentro que estaba algo disgustado por el desorden que había presidido la actuación del equipo, aunque se mostró satisfecho por el resultado final y por el hecho de haber sumado un punto que puede ser fundamental para amarrar la permanencia. El preparador de los baleares señaló que «ganar hoy -ayer para el lector- era muy complicado y nosotros no hemos estado nada finos, sobre todo debido a nuestros errores defensivos. El 0-2 que encajamos tan pronto nos hizo perder el orden», relataba. Cúper abundó en sus explicaciones destacando que «el resultado es muy bueno, pero lo negativo es que hemos jugado un partido loco y que volvemos a perder a un jugador (Fernando Navarro) de cara a la próxima jornada del campeonato».

Interrogado sobre las causas del desastroso comienzo del choque, Cúper añadió que «es un problema que debemos resolver. Hemos salido muy fríos al campo y no precisamente por la temperatura ambiental. Lo que pasa es que no nos pueden sorprender con un pelotazo tan rapidamente. Es un defecto que hemos exhibido en varios partidos y hoy (ayer) nos ha costado un gol. Sin embargo, no podemos decir nada sólo de un jugador o de dos. Es cierto que a Prats igual le podíamos haber actuado como líbero en el primer gol, pero no fue un error inidividual», comentaba.

El técnico del Mallorca rescató el discurso más amargo al ofrecer su punto de vista sobre la actuación de sus hombres: «Hemos estado desordenados, no habíamos jugado así desde hace seis o siete jornadas. Un gol siempre descoloca, pero no tenía porque afectar a nuestro orden ya que teníamos aún mucho tiempo por delante. Sin embargo, nos hemos dejado llevar por una especie de locura y cuando alguien se desordena pierde el control de lo que tiene que hacer». El responsa ble técnico de la plantilla argumentó además que «nuestra mejor aportación fueron las dos jugadas a balón parado, porque el resto fueron arrebatos. Mi sensación final es de preocupación porque habíamos mantenido una línea ascendente a pesar de las derrotas ante Athletic y Osasuna y estábamos ordenados».