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UNICAJA ALMERIA 1
SON AMAR 3

El Son Amar Palma se ha apoderado de la etiqueta de equipo ganador y no quiere que nadie se la arrebate. Ayer como suelen hacer los equipos grandes ganó sin jugar un gran partido, pero dio un golpe definitivo a la moral del Unicaja Almería y a la del resto de clubes del voleibol español. Su victoria le sitúa en la final de la Copa del Rey, un título que parece imposible que ya se pueda escapar.

El Son Amar-Unicaja fue un encuentro equilibrado, como se espera cada vez que se enfrentan los dos mejores equipos nacionales, y estuvo marcado por el nerviosismo, especialmente en el lado balear. El primero en golpear fue el Unicaja. El bloqueo de Almería cazó a Antiga y a Ruette (6-4), pero el propio Antiga y Pochop no tardaron en hacer reaccionar al Son Amar (6-6). El encuentro se movía en el equilibrio hasta que Falasca entró en acción. Primero mostrando sus cualidades en el bloqueo y después con un gran servicio (15-12). La entrega de todo el equipo y un buen remate de Ruette daba la máxima ventaja al Son Amar (17-13), pero en ese momento los nervios atenazaron a los baleares. Los de Bogoevski no encontraban cómo terminar las jugadas y el Unicaja se aprovechó (18-21). Un remate de Vega y un bloqueo de Moltó permitieron que los mallorquines se acercaran, pero el set ya estaba decidido (23-25). El segundo parcial tuvo un inicio muy igualado (6-6), pero un bloqueo de Reinaldo a Pochop permitió que el Unicaja se fuera al tiempo técnico con ventaja (6-8). Los de Almería se movían con uno o dos puntos de ventaja y llegaron a colocarse 13-17. En ese momento aparecieron Alexis González y Antiga en la recepción, Pochop en el bloqueo y Falasca sumó seis puntos seguidos con su saque (19-17).

Desde ese momento el Son Amar mandaba en el set, incluso Piero Molducci sentó a Veres, su gran estrella en el banquillo. Los baleares disfrutaron de un 24-21 para sentenciar la manga, pero una buena acción de Veres, que terminaba de volver al campo, y una filigrana de Vasic devolvieron la emoción al encuentro. Fue Pochop con un gran bloqueo (sumó ocho durante todo el partido) el queigualó el electrónico (27-25). Los problemas en la recepción de Gatin y en el remate de Ruette permitieron al Unicaja escaparse pronto en el tercer set (2-6). El Son Amar apeló a su ambición y a su ilusión y consiguió conectarse de nuevo al partido pronto (7-7). Gatin ponía por primera vez delante al Son Amar en el macador con el 9-8 y un remate acertado del ucraniano en un posición complicada situaba a los baleares con una ventaja de tres puntos (14-11). Los mallorquines comenzaron a complicarse la vida con el servicio y el Unicaja devolvió las tablas al electrónico (18-18).

Un bloqueo de Falasca permite al Son Amar volver a mandar (21-19), una posición que ya no abandonaría. Molducci cambiaba a Van de Goor por Prenafeta para dar centímetros a su bloqueo, pero Ruette sentenciaba (25-23). El marcador sonreía al Son Amar, pero los jugadores del equipo balear seguían sin sentirse cómodos. Ruette y Antiga no conseguían pasar a Reinaldo y el Unicaja se situaba con un preocupante (2-6). Bogoevski sentaba en el banquillo al receptor francés para dar nuevamente entrada a Vega, jugador decisivo para la recuperación del equipo en este complicado cuarto set. Un bloqueo y un buen remate del canario permitieron equilibrar el parcial (14-14), aunque seguía siendo el Unicaja el que siempre se movía por delante. Un remate de Moltó que se escapó por poco complicaba de nuevo la situación (16-18). Llegaba el momento decisivo y Bogoevski dio entrada a Antiga para que sacara en lugar de Vega. El cambio resultó definitivo. Un saque directo del francés y un bloqueo de Pochop permitió que los mallorquines se situaran por primera vez en el parcial con ventaja (23-22). Ya con 24-23 se vive un punto larguísimo, en el que el bloqueo balear se comparta de forma extraordinaria y Gatin termina resolviendo (25-23).