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Conoce las interioridades del Camp Nou, pero jamás ha pisado el césped más allá del calentamiento o de la zona de banquillos. Con sólo 20 años, Miquel Angel Moyà ya puede presumir de haber visitado Can Barça en dos ocasiones en partido de Liga, un sueño que todavía no ha sido completo. El próximo sábado, a la tercera, el portero de Binissalem tendrá la oportunidad de vestirse de corto en el santuario azulgrana. Después de estrenarse en San Mamés o el Santiago Bernabéu, Moyà defenderá el dorsanúmero 1 ante uno de los mejores ataques del mundo.

Miquel Angel Moyà visitó por primera vez el Camp Nou con apenas 19 años, en mayo de 2003. Leo Franco se perdió el partido por el fallecimiento de su madre y Miki Garro ocupó su lugar bajo los palos. Manzano recurrió entonces a Moyà, portero del Mallorca B, que disfrutó desde el banquillo del triunfo en Can Barça (1-2). La pasada temporada, de nuevo la baja de Leo Franco, expulsado en la jornada anterior ante el Atlético, provocó la titularidad de Miki y la convocatoria de Moyà. En esa ocasión, el Barça impuso su ley (3-2).

Pero este año la historia es diferente. El portero de Binissalem ya no acude como reserva ni como un chaval imberbe e inexperto. Con más de media vuelta a sus espaldas y un puñado de equipos tras sus pasos, Moyà quiere doctorarse en el Camp Nou. Por otra parte, Héctor Cúper escondió sus cartas en el ensayo celebrado ayer y no dio pistas sobre el once inicial.