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Fernando Fernández (Moscú)
En Calvià, la fiebre por el ajedrez va más allá de una Olimpiada que marcó un punto de inflexión para este deporte a nivel estatal. Dada la aceptación del acontecimiento y el interés mostrado por numerosos jugadores y entorno de los deportistas, el Ajuntament de Calvià vuelve a apostar fuerte por uno de los eventos clave dentro de la planificación estratégica y de expansión de este deporte ejecutada por el consistorio.

Y es que entre los días 21 de octubre y 6 de noviembre, Calvià volverá a convertirse en un enorme tablero de ajedrez, punto de encuentro de gentes llegadas de todo el mundo que disfrutarán del amplio programa diseñado para la puesta en marcha del II Festival de Ajedrez Calvià 2005, que fue presentado ayer en Moscú con motivo de la puesta de largo oficial del Torneo Aeroflot, una de las citas claves en el calendario internacional, y que desde hoy y hasta el próximo día 23 reunirá a tableros del calibre de Ponomariov, Leko o Ivanchuk.

La aristocracia del ajedrez, además de algunos de sus históricos pesos pesados, fueron testigos de la irrupción de Peonín en la majestuosa sala magna del Hotel Rossija, cuartel general del evento ajedrecístico. La singular mascota volverá a gozar de su dosis de protagonismo, pero ayer tuvo la oportunidad de codearse con auténticas leyendas del ajedrez que acudieron en Moscú a la presentación oficial de Aeroflot 2005. Es el caso de los campeones mundiales Boris Spassky, Viktor Korchnoi, Vassili Smislov o Anatoly Karpov. El histórico rival de Kasparov en la pugna por el cetro universal será uno de los referentes del Festival de Calvià.