TW
0

Ha pasado mucho tiempo desde aquella asistencia de Guzmán que Rudy Fernández completó con un mate de espaldas sobre la chepa de Navarro. El baloncesto del planeta se rindió al talento del mallorquín, que reventó la Copa de Sevilla con una exhibición de tiro exterior y juego por encima del aro. La NBA se llenó la boca con el nombre del escolta de la Penya, al que todos situaban en un par de años en la mejor liga del mundo. Ahora todo parece distinto, incluso para Rudy, que, pese a que los scoutings de la NBA han estrechado el cerco sobre él, no tiene claro que vaya a declararse elegible en el próximo Draft: «Ahora mismo no estoy preparado». Todo se ha enfriado, incluso después de que Rudy contratara a Andy Miller como agente para que escrutara las opciones de entrar en la NBA. El representante, que es el mismo que lanzó al estrellato a Kevin Garnett, ha logrado que Minnesota Timberwolwes lo tenga en las previsiones del Draft 2005 como primera elección, en la 18ª posición. Además, tipos como Cris Mullin (ahora en el organigrama de Golden State Warriors) o Isiah Thomas (presidente de operaciones de los Knicks de Nueva York) han viajado hasta Badalona para seguir las evoluciones detirillas formado en el Sant Josep. Pero eso no ha sido suficiente para Rudy Fernández, que recela de todo lo que llegue desde Estados Unidos: «Tengo que estar preparado y ahora no lo estoy. Apenas llevo un año y medio jugando en la Liga ACB y, además de no tener mucha experiencia, no creo que esté todavía preparado físicamente», dijo el jugador días atrás en el sitio oficial de la ACB.

Rudy está algo superado por los acontecimientos. Su mocedad le ha pasado factura y las continuas visitas de los ojeadores de la NBA han acabado por desquiciarle. Por eso esta semana, hastiado de que le hablen sobre Isiah Thomas, apenas agarra el teléfono. Los Knicks le tienen en la agenda como alternativa a Allan Houston, al que le están empezando a castigar las lesiones; Indiana busca un relevo al inmaculado tiro de Reggie Miller, y por eso Larry Bird siempre amenaza con visitar España; Latrell Sprewell no ha alcanzado ningún acuerdo con Minnesota para renovar y los Wolwes persiguen un escolta de futuro que pueda cubrir la baja del veterano escolta. Todos parecen pensar en Rudy, pero el mallorquín no tiene tan claro que sea el momento de lanzarse a la arena: «Tengo que intentar ser un líder aquí y conseguir algún título para el club. De todos modos, cuando esté decidido lo diré. Eso sí, está claro que si voy es para jugar, no para agitar la toalla en el banquillo», espeta con contundencia.

Está claro que a Rudy la NBA no le obsesiona, porque además sólo tiene 19 años. Muchos creen que debe cumplir un ciclo en el baloncesto FIBA antes de jugar en América y por eso en los últimos días el Real Madrid ha difundido que podría estar detrás del mallorquín. Otro inconveniente es el físico, ya que en la NBA consideran que su complexión sólo le alcanza para actuar de base: «Yo he jugado toda mi vida de base, hasta que coincidí con Guzmán en los equipos inferiores del Joventut y empecé a jugar de dos. No me desagrada esa posición y, si tuviera que jugar en ella no me vendría de nuevo, pero ahora tengo la mentalidad de un escolta y me siento muy bien ahí». Pero otro de los problemas con los que se encontrará cualquier equipo que trate de firmar a Rudy Fernández será su vinculación con el Joventut. Tiene contrato hasta el 2008 y una cláusula de liberación que asciende a 1.6 millones de euros, a pesar de que ese no fue un obstáculo en los casos de Raúl López y Pau Gasol.