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Cuatro entrenadores, un cambio de accionariado, el título más importante en 87 años de historia y un contraste de luces y sombras. El Real Mallorca cierra el libro del año 2003 con una Copa del Rey en el bolsillo, el subcampeonato de la Supercopa de España y su continuidad en Europa como principales botines. Las tres derrotas en la última semana del año han amargado una travesía anual de 55 partidos oficiales. Numéricamente hablando, 2003 pasará al anecdotario de la entidad como el tercer año con más partidos disputados. Sólo en 2001 (59 partidos) y 1999 (58) el equipo balear jugó más duelos que en el presente curso. El Mallorca disputó 18 partidos más que el año anterior y se quedó a sólo cuatro de igualar el registro de hace dos años, cuando su presencia en la Champions hinchó los números.

De los 40 partidos de Liga, 23 de ellos correspondientes a la temporada 2002-03, el grupo isleño perdió más partidos de los que ganó (16 derrotas por 14 victorias) y empató diez encuentros. El Mallorca arrancó el año en el destierro del Sevilla, el Ramón de Carranza de Cádiz, en un duelo que perdió con claridad. El conjunto balear entró entonces en una maratón saldada con eficacia en la Copa del Rey (eliminó a Valladolid, Madrid y Depor) y con apuros en la Liga. La clasificación para la final supuso un punto de inflexión y el equipo allanó su permanencia en la Liga sin demasiadas complicaciones y con una victoria de lujo: el 1-5 en el Bernabéu. La cita del 28-J en Elche desembocó en la mayor fiesta mallorquinista. Etoo encendió la mecha de la celebración con dos golazos y el Mallorca inscribió su nombre en la segunda competición del país.

Tras un verano agitado, a finales de agosto se selló el traspaso de poderes y la era del Grupo Zeta llegó a su fin tras ocho años en el poder. Con un entrenador desconocido, Jaime Pacheco, y medio vestuario renovado, el Mallorca inició el curso 03-04 con demasiadas dudas. Perdió la Supercopa ante el Madrid de los galácticos, Pacheco fue destituido tras la quinta jornada -el cese más rápido de la Historia- y el club recurrió a Luis Aragonés para enderezar el rumbo. El Sabio obró el milagro y el Mallorca pasó del descenso a la UEFA en cinco semanas. La eliminación copera ante el Levante y las derrotas frente a Málaga y Real Madrid echaron arena en el fuego de la euforia encendido tras las cinco victorias consecutivas.