Soler, en una imagen captada durante su comparecencia ante los medios. Foto: SEBASTIÀ AMENGUAL

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Pasaban dos minutos del mediodía. Acompañado del doctor Joan Pericás, Francisco Soler Atencia (Palma, 1970) tomó el micrófono y oficializó la noticia de su retirada doce años y medio después de aquel 21 de abril de 1991 cuando Lorenzo Serra Ferrer recurrió a él por la lesión de Angel Pedraza en un Atlético de Madrid-Mallorca. «Supongo que os imagináis el motivo de esta convocatoria de prensa. Es para comunicaros que me retiro debido a unos problemas (en la cadera izquierda) para los que no hemos encontrado una solución rápida y efectiva. Desde aquí quiero agradecer el apoyo y el comportamiento de los nuevos propietarios y al presidente porque han tenido la deferencia de respetarme el año de contrato que tenía. También quiero recordar a la afición y a la gente que ha estado conmigo. Seguiré adelante y espero despedirme de la afición en el próximo partido que juguemos en casa», anunció Paco Soler ante los numerosos periodistas allí congregados.

El jefe de los servicios médicos explicó la lesión: «Sufre un desgaste de la cadera izquierda e incluso con una intervención quirúrgica no podría seguir jugando al fútbol. Si no lo deja ahora, podría correr peligro su vida normal. El ha apurado todo lo que ha podido y más, pero lo mejor era la retirada». Chicho guarda en el baúl algunas imágenes: «Recuerdos tengo muchos; desde el día que debuté en Primera División ante el Atlético de Madrid, hasta la primera final de la Copa del Rey, el descenso en Zaragoza, las promociones...». Paco Soler ha sido testigo directo del cambio experimentado por la institución. «He tenido el honor de vivir en primera persona el cambio que ha experimentado la entidad. De ser un club ascensor entre Primera y Segunda inestable a consolidarse en la elite y con una infraestructura de equipo organizado. Si cuando debuté me dicen que a la hora de retirarme el club tendría este campo de entrenamiento, un estadio nuevo y la expansión que ha vivido fuera de las islas, no me lo hubiese creído».

Al respecto de qué planes de futuro divisa en el horizonte, el centrocampista mallorquín subrayó que «de momento no voy a hacer nada relacionado con el deporte profesional. Luego, en enero, empezaré el curso de entrenadores nuevo que ha salido para jugadores que llevan más de un tiempo en Primera y han sido campeones olímpicos. Lo haré con el Nanu y recordaremos tiempos no muy lejanos. El curso dura un año, pero no lo realizaré con intención de entrenar, sino para tenerlo por si dentro de un tiempo me apetece volver a seguir ligado al mundo del fútbol».