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Con rostro de preocupación, y contrariado por el golpe recibido en Son Moix, tan sólo cinco días después de haber tocado el cielo, Bernd Krauss comparecía en una sala de prensa plagada de dudas en su ambiente. El técnico germano culpó en gran medida del traspié ante los grancanarios «al cansancio acumulado. El martes jugamos al límite, y cuando te pones cero a uno es complicado, la cabeza estaba muerta y las piernas no respondían. En el segundo tiempo, hemos luchado por el empate, pero el segundo gol llegó muy pronto. He visto muchos partidos de estas características durante muchos años. Para mí, es normal que esto haya ocurrido, pues nos falta frescura», señaló el preparador.

Sobre la pena máxima errada por Albert Luque, las notorias ausencias y los cambios realizados en los primeros compases de la segunda mitad, Krauss afirmó que para él, «lo del penalti ya lo hablé con mis jugadores, el cambio de Luque lo hablaré con el jugador. Jugamos al límite el martes y es complicado afrontar un partido de Liga y empezar con el marcador en contra. Si ganamos tres a cero, no se pregunta si no están Vicente Engonga y Miquel Soler.

El segundo jugó a tope el martes tras pocos entrenamientos, y no puede estar en su mejor nivel. Lo mismo pasa con Engonga», comentó el teutón, que asumió toda la culpa. «Después del encuentro es fácil preguntar por estos temas. Yo tengo la responsabilidad, todos los fallos son míos. Las Palmas ganó en confianza con el marcador a favor, en frescura, y de ahí ese resultado», declaró.

A la hora de valorar el parón liguero que se avecina, el máximo responsable técnico mallorquinista no dudó en resaltar la importancia del mismo y el efecto balsámico que tendrá sobre la plantilla. «Es importante, pues tenemos dos semanas para seguir trabajando y ganar en frescura. Creo que para el partido de Bilbao estaremos en otra forma mucho mejor. En dos semanas, Miquel Soler estará mucho mejor y jugará de lateral, pero trabajamos sobre una posible incorporación», concluyó el técnico.