El primer equipo del Atlètic Balears se presentó ayer con muchas novedades. Foto: MIGUEL ÁNGEL CAÑELLAS

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FERNANDO FERNÀNDEZ Con un discurso medianamente optimista, el Atlètic Balears se presentó en sociedad ante su parroquia. El ambiente en el Estadi Balear fue de gala para recibir a los equipos de un fútbol base liderado este año por Paco Vázquez, y que dieron paso a la primera plantilla. Rostros nuevos en el grupo de un Beningno Sánchez que irradió buenas sensaciones en su alocución a la grada. Los Samper, Lauren y compañía refuerzan un bloque que con Loren y Manolo Moya en ataque gana muchos puntos. Desde los más pequeños, la escuela de fútbol, y hasta el conjunto de Tercera División, todos posaron sonrientes para los medios en una puesta de largo que hoy (19 horas) se verá culminada con la disputa del clásico entre clásicos, el Trofeo Nicolás Brondo, ante el Mallorca B.

En el turno de discursos, Andreu Llistó, el líder del vestuario de la Vía de Cintura, prometió que «se hará todo lo posible para que los aficionados disfruten de buen fútbol, con el objetivo de intentar dar el salto a Segunda B», señaló el más veterano en estas lides. Tras él, Beningno Sánchez, técnico blanquiazul, tomó la palabra para expresar su bienestar en el club. «El Balears es algo más que un club. Estén tranquilos, porque jugadores y cuerpo técnico vamos a darlo todo para llevar lo más alto posible a este equipo y esta entidad», exclamó el murciano, que cargó de optimismo a una grada que parece rendida a la evidencia que supone el ver como la categoría de bronce parece situada a años luz del estadi Balear.

El título del grupo balear de Tercera División y la clasificación para la temida liguilla de ascenso son los primeros pasos para apuntalar un proyecto ambicioso, pero reticente ante los precedentes existentes. Eufórico se mostró el presidente, Miguel Àngel Gómez, que con un «visca al Atlètic» arrancó los aplausos del respetable, una pieza básica para que la histórica entidad recupere su lugar dentro del marco nacional.

A poco más de una semana para el pistoletazo inicial de la competición, Benigno Sánchez y sus hombres enfilan la recta final de una pretemporada en la que el nuevo responsable técnico afronta un reto que en la anterior etapa con Miquel Crespí en el banquillo se mostró esquivo. La Segunda B es la asignatura pendiente, y Sánchez está dispuesto a aprobarla.