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Alterna momentos de silencio con otros en los que prefiere «cantar». Germán Burgos afronta lo que pueden ser sus últimas horas en el Real Mallorca pero se resiste a colocar un punto final en lo que califica como una «bella experiencia dentro de un club bárbaro». Perfectamente informado de que Aragonés no le ha incluido en sus planes para la próxima temporada, el guardameta argentino sigue trabajando por su cuenta a la espera de la reunión que mantendrá "hoy con toda probabilidad" con el de Hortaleza para definir de una vez el futuro.

Al término de una sesión de gimnasio y sauna que realizó ayer en el Hotel Valparaíso, «El Mono» habló de las sensaciones que le produce estar tan cerca de dejar el Mallorca: «Mi cabeza me dice que debo marcharme pero mi corazón quiere quedarse. Esa es la dualidad que siento en estos momentos pero son cosas del fútbol que debo asumir. Se que tengo que ir pensando en buscarme equipo pero los sentimientos van por otro lado», afirmó Burgos, que confirmó la existencia de una oferta en firme de Las Palmas y también de otros clubes tanto de México como de Argentina. «En principio está claro que estoy más fuera que dentro del club. Sólo el apoyo de la afición puede terminar torciendo la cosa», aseguró el cancerbero, quien se mostró emocionado por las numerosas muestras de apoyo que está reficiendo de los mallorquinistas con los que se está encontrando estos días: «La gente es bárbara y es muy bonito que le demuestren a uno que le quieren. Sin duda es uno de los lados más bonitos que tiene este deporte».

En cuanto a la conversación que piensa mantener con Luis Aragonés, Germán aclaró que busca un entendimiento entre las partes: «Sólo quiero hablar, que haya un intercambio de ideas y opiniones sobre una situación determinada, pero en ningún caso pretendo forzar nada; ni es mi intención ni es mi estilo de hacer las cosas. Pienso que no hay nada mejor que dialogar para tratar de buscar soluciones a las cosas y encontrarlas», señaló.