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FERNANDO FERNÀNDEZ No puede faltar el anecdotario de la grada. Es como un carnaval sin el que el fútbol no sería lo mismo. Antes era cosa de las hinchadas más exóticas, pero ahora, el hecho de dar colorido a la grada ha dado la vuelta al mundo y forma parte de la decoración del escenario futbolístico que supone una competición del nivel de una Eurocopa de naciones. La organizada por Bélgica y Holanda ha desatado la euforia en el país de los tulipanes, pero el resto de hinchadas presentes también ha querido dejar su testimonio.

Para muestra, este compendio fotográfico de algunas de las mejores imágenes que las aficiones nos han dejado, y que dejan claro que este deporte es capaz de desatar las emociones y hacer por unos días que el pudor se quede almacenado en el baúl de los recuedos. Desde desnudos integrales, pasando por las medias tintas, hasta el más curioso de los disfraces; la imaginación de los seguidores no deja de sorprendernos. Ayer, el estadio De Kuip de Rotterdam se convirtió en toda una fiesta. Francia e Italia querían dejar claro cuál de las dos selecciones debía mandar la pauta.

Ganó Francia y lo hizo también el fútbol, pero la grada no se quedó atrás y nos dejó un espectáculo que pudo en algunos momentos hacer sombra al vivido sobre la hierba, y que no es más que una evidencia más de que en la grada hay vida, que el fútbol es una forma de vida y una fiesta "pese a algunos que por fortuna dejaron hace tiempo la Eurocopa", que no entiende de colores ni fronteras. La próxima cita, a finales del verano. El próximo escaparate, el Mundial 2002.