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El español Marcus Cooper, campeón olímpico en K1 1.000 metros de piragüismo sprint de los Juegos de Río 2016, declaró antes de recoger su trofeo que la de este martes ha sido la carrera de su vida. «Ha sido la carrera de mi vida. Estoy alucinado», dijo Cooper antes de recibir su medalla de oro.

Ya con el oro al cuello, Cooper dijo que no descartaba una medalla en la carrera de este martes, pero recordó que consiguió su billete a Río «por los pelos» en el preolímpico y que en la semifinal quedó «muy tocado» y «casi» no consigue meterse en la final.

El mallorquín dijo que sus objetivos de lograr medallas en los Juegos Olímpicos se los planteaba «a largo plazo» y tenía en mente que podría conseguirlos en Tokio 2020, a la espera que se incluya en el programa olímpico las regatas de 500 metros, que son su especialidad.

«Sabía que podía hacer algo grande, mi objetivo siempre fue un oro olímpico, pero a partir de Tokio. Es una pasada conseguirlo tan joven», afirmó.

Celebración en el RCN Portopetro

El Real Club Náutico Portopetro, en Santanyí, ha vivido con euforia la victoria de Marcus Cooper Walz que empezó a practicar piragüismo en sus instalaciones.

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El presidente del club, Josep Rigo, admite que la victoria del joven palista les ha pillado por sorpresa: «No esperábamos esto; esperábamos un quinto o un cuarto puesto».

«Su objetivo era que pasara a la final, así que ayer cuando lo consiguió ya estábamos todos muy contentos y dábamos por cumplido el objetivo», ha relatado minutos después de presenciar por televisión en el club la entrega de medallas con Cooper en lo alto del podio.

En las semifinales del lunes, que siguieron con atención desde el club de sus orígenes, el palista de 21 años llegó tercero en su serie, con un tiempo de 3:33,786. Rigo explica que una vez terminadas, al comprobar los tiempos de las semifinales, se dieron cuenta de que había «muy poca diferencia» y sólo entonces empezó «a subir el optimismo».

El presidente explica que Cooper empezó en el Club Náutico Portopetro «sus primeros pasos» en el piragüismo cuando tenía 12 años. Aunque se entrena en el centro de alto rendimiento, reside en Cala d'Or y cada vez que está en la isla acude al club «por las tardes a entrenarse».

Rigo explica que el de Portopetro es un club «sencillo», cuya escuela de piragüismo cuenta con una veintena de alumnos, pero destaca que cuatro palistas que empezaron allí están entrando en centros de alto rendimiento y varios de ellos están obteniendo excelentes resultados, entre los que cita a la júnior Aida Bauzà.

«Ahora tenemos que asumir que tenemos un campeón olímpico, esto hay que digerirlo», afirma.

Los vecinos de Cooper han podido ver su victoria en una pantalla gigante en el club náutico y ahora esperan «poder ir a esperarle al aeropuerto y darle el recibimiento que se merece».