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El experimentado entrenador de la selección argentina de baloncesto, Sergio Hernández, que liderará al conjunto albiceleste en la cita olímpica de Río de Janeiro, sentenció en una entrevista con Efe que el equipo irá en busca de una medalla, pero que su principal objetivo es dejar una huella argentina en la competición y ratificar un estilo de juego.

"Siempre opiné igual, incluso cuando teníamos equipos completos en Japón 2006, Turquía 2010 o Pekín 2008: si podemos lograr un podio sería genial, pero lo más importante es que cuando termine el torneo quede la huella de Argentina, que deje algo como mensaje dentro de la cancha y conserve una línea de juego o una identidad propia muy respetada en el mundo entero", sostuvo Hernández.

El bahiense de 52 años, que logró el pasaporte a Río 2016 tras el segundo lugar obtenido en el Preolímpico de México, analizó la situación de recambio generacional que atraviesa el elenco albiceleste.

"Lo de México ya pasó pero todavía genera cierta emoción. Argentina es un histórico de los últimos Juegos Olímpicos. El Preolímpico era durísimo y Argentina no iba con su equipo completo: no estaban ni Manu Ginóbili, ni Pablo Prigioni ni Carlos Delfino. Había varios cambios y entonces lograr esa clasificación directa a los Juegos tras ese partido épico, ante el local con 20.000 personas en la cancha, generó una emoción y aumentó la expectativa (para Río)", reflexionó.

Cuando preparaba la posible plantilla para la cita olímpica, Hernández habló con la estrella NBA Emanuel Ginóbili: "Le dije como entrenador y como argentino que, si él estaba bien físicamente, no encontraba un momento más fuerte y justo para su despedida de la selección que unos Juegos Olímpicos".

Las palabras del técnico debieron convencer al escolta, porque Hernández ofreció la primera lista de los seleccionados para los Juegos el pasado 24 de junio, con Ginóbili entre los elegidos.

Respecto a la relación inicial, salieron del equipo el pívot Tayavek Gallizi y el alero Juan Pablo Vaulet.

Estados Unidos, España, Lituania y el anfitrión Brasil serán los favoritos para las medallas, opinó, y señaló que China dará más de un dolor de cabeza a los grandes.

Hernández destacó entre los nombres propios de su equipo al base del Murcia, Facundo Campazzo, al que definió como "sinónimo de sorpresa", y agregó: "Es un jugador con una impronta increíble. Cree que mide dos metros, por ejemplo. Se siente poderoso dentro de la cancha".

Sobre el madridista Andrés Nocioni, resaltó: "De él no me sorprende nada porque ha jugado lesionado, e incluso con fiebre. Haber ganado todo con el Real Madrid no lo privó de estar en el Preolímpico. Se sentía y, de hecho, fue clave en el torneo, fue un líder de trabajo en el día a día y pregona con el ejemplo. Es uno de los jugadores más importantes en la historia del deporte argentino".

El entrenador se refirió al momento más emocionante de su historia olímpica personal: "Estos serán mis terceros Juegos tras estar en Pekín y Londres. Y, sin duda, ese instante es cuando entrás a la Villa el primer día. No tiene comparación con nada. Es algo que, como jugador, no pude hacer y de pronto la vida me da entre los 40 y los 52 que tengo ahora tres Juegos Olímpicos; es mucho más de lo que le hubiese pedido al básquetbol".