La nadadora Marga Crespí muerde su medalla de bronce. | Fernando Fernández

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Emocionada, con lágrimas y sin quitarle ojo a la medalla de bronce impuesta hacía apenas unos minutos, Marga Crespí se sentía «la mujer más feliz del mundo. Ha sido un año muy duro, de sacrificios, emociones y trabajo, pero este resultado lo compensa». La nadadora del Mediterránea admite haber vivido «muy intensamente» su experiencia en los Juegos «porque nunca sabes si volverá a repetirse o no, y me siento una privilegiada. Por haber participado, y encima haber ganado una medalla de bronce», comentaba la mallorquina en la misma zona mixta del Centro Acuático de Londres.

Río 2016

La última presea que faltaba en su palmarés no es su última barrera «pues me gustaría poder estar en Río 2016 e intentar buscar una medalla de plata o de oro, aunque las chinas y las rusas nos han demostrado que van a plantearnos batalla estos años». Pero el objetivo más inmediato es el próximo Mundial de Barcelona (2013), «donde intentaremos acercarnos a las rusas, porque a las chinas las vamos a tener cerca casi siempre, y hacer algo bonito en casa».

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Para la nadadora palmesana, tercera mujer isleña y la más joven medallista balear en unos Juegos Olímpicos, la puntuación obtenida en rutina libre «es mejor que ayer —en referencia a rutina técnica— respecto a las chinas. Nos hemos quedado a menos de una décima y el primer día a ocho. Nuestra lucha es mejorar técnicamente, ser fuertes y encontrar el punto débil para ganarlas», asegura.

Sentimientos

Esta medalla «ha sido muy luchada porque la segunda plaza no es tan fácil, ni tampoco el bronce», pero a la vez «la compensación a mucho trabajo y muchos momentos duros y difíciles que quedan comprimidos en este resultado. Es algo difícil de explicar, porque son muchos sentimientos, pero me siento contenta por haber alcanzado un sueño y un objetivo perseguido por el equipo, y haber hecho realidad la ilusión de mi gente».

Para Marga, este metal «es un premio a la labor que realizan con la base clubes como el mío, el Mediterránea, que lucha para que salgan nadadoras que puedan llegar algún día al equipo nacional», y lo dedica «a mi familia, que ha estado aquí conmigo en un momento tan especial, a Arantxa, mi entrenadora, a Olalla, a mis amigas... no sé, a mucha gente que ha hecho posible esto».