Las calles de Palma, en concreto la barriadas de Son Gotleu y Pere Garau, no han tardado en llenarse de seguidores de la selección norteafricana. | Youtube Ultima Hora

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La colonia marroquí en Mallorca se echó a la calle para festejar su histórica clasificación para los cuartos de final del Mundial de Catar. Marruecos superó a España en la tanda de penaltis (3-0) y sus aficionados no dudaron en celebrarlo. Las calles de Palma, en concreto la barriadas de Son Gotleu y Pere Garau, no tardaron en llenarse de seguidores de la selección norteafricana. La alegría marroquí también se trasladó a otros puntos de la Isla. Manacor, sa Pobla y Porreres, entre otras localidades, fueron algunos de los municipios donde la euforia se desató justo acabar el partido y consumarse el triunfo de Marruecos.

«A mí no me molesta la policía, al contrario, pero no habrá ningún problema» vaticinaba Hamme, un argelino propietario del restaurante Al-Muhajir, ubicado al final de la calle Indalecio Prieto. En este establecimiento existen dos televisores, ambos en el interior del local, pero uno de ellos está orientado hacia la calle y allí unas 100 personas siguen el partido en una terraza improvisada bebiendo té, agua y alguna bebida energética. De alcohol, apenas alguna cerveza. En el interior, otros marroquíes residentes en Palma siguían el encuentro. La tranquilidad era tal que en el televisor del interior la señal llega a través de La 1 y en el aparato que da a la ‘terraza’ el canal es de Bein Sports. La imagen y el sonido estaban adelantados unos 40 segundos en el interior, pero eso no parecía importar a los espectadores. Es más, en la ronda de penaltis, muchos optaban por no moverse de sus sillas. Menos nervios. La reacción de sus compatriotas de dentro del bar les anticipaba lo que van a ver.

El Al-Muhajir está casi enfrente de la cafetería Menú Ainzona, que ocupa el chaflán. El bar estaba a tope y muchos siguen el partido de pie en la calle. En el descanso, aparecieron diversas patrullas del Cuerpo Nacional de Policía y Policía Local, que quedaron antes en la Plaça Miquel Dolç para coordinar los últimos detalles del operativo. «Estaremos presentes en las inmediaciones de una serie de bares donde nos han dicho que asistirán españoles y marroquíes», explicaba el inspector Luengo, del CNP. Las ‘zonas calientes’ son los dos bares mencionados y la cafetería Capricho. Pero la tranquilidad es total, alterada sólo por algunos petardos y, a nivel ambiental, por el olor a ‘cigarrillos de la risa’. La presencia española era casi nula.

Aimad, de 18 años, nació en Manacor, pero ha venido a Palma a ver a unos amigos. «Yo habré nacido aquí, peor soy marroquí y quiero que gane Marruecos», afirmaba sin dudar. Por contra, Abdel, de 29 años, nació en Nador hace 29 años y vive en Palma desde 2017. «Yo quiero que gane quien juegue mejor», explicaba con un tono mucho más pausado. La presencia de mujeres es anecdótica. Destacaba Lisa, una joven austríaca que vive desde hace siete años entre Palma y su país. Tiene un amigo marroquí y ve el partido con él y sus amigos. «Me gusta bastante el fútbol y voy con Marruecos, claro», decía con una sonrisa.

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Tras la tanda de penaltis, los aficionados que estaban en los bares toman la calle Indalecio Prieto y los pocos coches que pasan tienen dificultades en pasar. El ambiente era de lógica alegría. Un adolescente se subía encima de una furgoneta de alquiler. La policía se mostraba vigilante. Veinte minutos más tarde, la calle recuperaba la normalidad.

Llevant

A la par, y pocos minutos antes de las siete de la tarde, los bares de sa Torre, Melilla, Mercat y otros de la ciudad de Manacor estallaban en fiesta. La selección de Marruecos acababa de eliminar a España en el Mundial de Qatar y la comunidad marroquí de Manacor lo celebraba por todo lo alto. Los establecimientos se quedaban pequeños para contener tanta alegría. Enseguida, la avenida del Torrent se llenaba de aficionados que, a pie o en coche, celebraban la clasificación para los cuartos de final, donde ya les espera Portugal.

Al mediodía las sillas más próximas al televisor ya estaban reservadas. A la hora del partido los establecimientos que habían optado por abrir están repletos. Algunos aficionados tenían que seguir el partido desde sus teléfonos móviles o a través de las ventanas de los bares. Durante el encuentro, los aficionados de Marruecos mostraban su nerviosismo con gestos y gritos. Pero es en la tanda de penaltis, tras los dos primeros fallos de los jugadores de Luis Enrique cuando en sus caras se podía ver por primera vez la esperanza de la clasificación. El cuarto penalti convertido por Hakimi supuso la explosión.

Control

En las calles de Manacor, la fiesta se produjo sin ningún sobresalto. En todo momento se respetaba el paso de vehículos por la avenida des Torrent. En los momentos de la celebración se veían tres furgones de la Policía Nacional que pasan por allí pero sin tener que intervenir ni siquiera bajar del vehículo. A lo largo del partido, los agentes de la Policía Local ya estaban patrullando por la zona. Si durante el encuentro la presencia de mujeres en los bares fue más bien escasa, no fue así en la celebración, a la que sí acudieron un buen número de aficionadas con banderas y camisetas de la selección marroquí.

Entre los bares que eligen los seguidores de España para seguir el encuentro, el ambiente era más tranquilo y con un aforo más reducido. Uno de ellos es el Bar Mingo. Allí, a la clientela habitual se unieron algunos aficionados que abandonan el local tristes una vez finalizado el partido. El amplio dispositivo previsto por los efectivos de la Policía Nacional se redujo a la presencia de furgones dando vueltas por la ciudad. Pero ello también provocó que algunos propietarios de bares optaran por tener cerrado en la jornada de este martes, para evitar superar el aforo permitido.