Mbappé y Griezmann, en un entrenamiento con la selección francesa. | Reuters - BENOIT TESSIER

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Francia cierra la fase de grupos del Mundial de Qatar contra una Túnez que necesita imperiosamente la victoria y con el dilema de si dar descanso a sus teóricos titulares, porque ya tiene el billete para octavos asegurado, o permitir a algunos de ellos que agranden sus estadísticas.
El caso más claro es el de Kylian Mbappé, que tiene una trayectoria de leyenda y para quien todo minuto sirve en su búsqueda de los récords en la copa del mundo. ¿Preservar su físico o preservar su ego? Esa cuestión, que no gustó al seleccionador, Didier Deschamps, cuando se la plantearon en la rueda de prensa, encierra su reflexión para el partido, en el que es seguro que habrá rotaciones.
La campeona del mundo está ya clasificada y salvo accidente enorme -derrota contra Túnez y que Australia goleara a Dinamarca en el otro partido del grupo D- tiene garantizado el primer puesto.
Pero, no por ello, el duelo contra los africanos es intrascendente para Francia, que debe inscribirlo en la trayectoria positiva que trae desde el inicio del Mundial.

Deschamps, que ya hace cuatro años se encontró con un tercer partido sin nada en juego, sabe que es una oportunidad para implicar a todo el grupo en la aventura mundialista y probar nuevas opciones tácticas, y no esconde que hará rotar al equipo, aunque tampoco da ninguna pista sobre quiénes dejarán el puesto de titular. Empezando por la portería, donde Hugo Lloris aspira a convertirse en el jugador con más partidos internacionales a sus espaldas igualado con Lilian Thuram, a menos que el seleccionador dé entrada al veterano Steve Mandanda, que todo el mundo designa como una pieza clave en la vida de grupo de Francia. El técnico puede hacer probaturas en defensa, la línea menos estable del equipo, y sumar nombres al centro del campo, la que parece más sólida, junto con la delantera. Aunque el seleccionador asegura que «Mbappé no tiene ego», todo apunta a que no frenará sus meteóricas estadísticas, por lo que figurará en el once de partida, al igual que Antoine Griezmann, que en su nueva demarcación de enganche precisa de rodaje.
Con respecto al último duelo, se perfilan al menos siete cambios en la alineación de partida, en la que una de las novedades puede ser que Eduardo Camavinga ocupe el lateral izquierdo, para sumar una segunda opción a ese puesto, junto a la de Theo Hernandez, tras la lesión de su hermano Lucas.
Deschamps no quiere relajación para una selección que persigue su séptima victoria mundialista consecutiva, su mejor racha histórica, lo que le igualaría a la Italia de los años 30 y le colocaría a cuatro del récord que posee la Brasil de los Mundiales de 2002 y 2006.

Túnez, por su parte, busca precisamente encontrarse con una campeona menos enchufada que habitualmente para conseguir su primer pase a octavos de final, para lo que necesita, además del triunfo, que Australia y Dinamarca empaten o que los escandinavos venzan a los oceánicos por menos goles que ellos. Una carambola difícil pero no imposible para una selección que está dejando mejor imagen que resultados en este Mundial, con 27 remates en sus dos primeros partidos en los que no ha estrenado su casillero. La táctica defensiva de Jalel Kadri tendrá que abrirse un poco para buscar un triunfo frente a la campeona del mundo, lo que puede cambiar la costumbre de las "águilas de Cartago", una selección compuesta de muchos jugadores que militan en la liga de su rival del miércoles.