María Antonia Horrach, a la derecha, madre de Luis Salom, dispuesta a dar la salida. | Emilio Queirolo

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Este sábado 3 de junio se cumplieron 7 años del trágico fallecimiento del carismático y joven piloto mallorquín Luis Salom tras un fatal accidente en los entrenamientos libres del Gran Premio de Catalunya de Moto2 de 2016. Este domingo, se celebró en el Velódromo Illes Balears la séptima edición de la Ruta Memorial Luis Salom, un encuentro que ya se ha convertido en una cita infaltable y destacada en el calendario de mototurismo de la Federación Balear de Motociclismo (FBM).

Organizada por los padres de Luis Salom junto al LS39 Team, el Moto Club Media Milla Sport y la FBM, la Ruta Memorial Luis Salom congregó a miles de personas en el antiguo Palma Arena, un espacio especial para los allegados del fallecido piloto, ya que acoge el museo donde se conservan buena parte de los recuerdos de su palmarés, y que permaneció abierto al público para la ocasión desde primera hora de la mañana del domingo.

Como cada año, el evento cumplió su doble objetivo de reunir a la gran familia del motociclismo en una jornada de compañerismo y mantener vivo el recuerdo de Salom. La prueba, que contó con la participación de casi un millar de pilotos, dio el pistoletazo de salida a las 11 de la mañana en el Velòdrom. Los motoristas participantes se dirigieron a Cala Pi, Santanyí, Felanitx, Vilafranca, Sant Joan, Sineu e Inca, donde se celebró una comida multitudinaria en el restaurante Canyamel y un sorteo de material relacionado con Salom para poner punto final al encuentro.

«Estuvimos a punto de anular el evento dada la previsión meteorológica, pero al final optamos por mantenerlo, ya que este era el fin de semana que coincidía exactamente con el aniversario del fallecimiento de Luis», explicaba Pep J. Quetglas, presidente de Media Milla.

«Es una fecha complicada para mí, pero la verdad es que me siento muy arropada por la gente», comenta María Antonia Horrach, madre de Salom, quien fue la encargada, como cada año, de dar la salida de la prueba. «El apoyo y el cariño que recibimos en redes sociales es brutal y me sorprende cada año. Y aquí, es increíble el nivel de participación y el cariño que se respira. No tengo más que agradecimiento hacia todas las personas que recuerdan a Luis», concluye.

«Es la primera vez que vengo. Teníamos miedo a que hiciera mal tiempo, pero al final parece que el día acompaña», indica Matías Marcé, dueño de una Yamaha XT600 clásica, quien viene junto a su pareja y unos amigos. «Lo que más me esta gustando es el ambiente de buen rollo que se respira», añade.

«Participo cada año junto a mi marido. Es un evento muy especial para la gente que seguía a Luis y cada año se demuestra que no se le olvida», valora Antonia Barceló, amiga de la madre de Luis Salom. «Es un día de unión y de recuerdo para toda la familia motera», remacha.