Imágenes de la celebración del título mundial de Moto2 de Augusto Fernández este sábado en Sencelles. | Tolo Jaume

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Sencelles ha rugido este sábado para celebrar el título mundial de Moto2 de Augusto Fernández, que vivió su gran día en Sencelles rodeado de los suyos en una atmósfera impregnada de alegría y orgullo por el éxito de su vecino. Medio millar de personas con una gran caravana motera incluida dieron forma al festejo más especial para el piloto mallorquín, que calificó como «brutal» el recibimiento que le brindaron en el Casal Can Garau tras abrazar la gloria en el Circuito Ricardo Tormo.

Las xeremies dieron paso al atronador sonido de los motores, que le pusieron la banda sonora a la gran noche de Augusto. Ataviado con el mismo mono y el casco dorados que lució tras saberse campeón del mundo quemó goma a su llegada al punto neurálgico de un festejo que inundó de euforia el Carrer Antoni Maura. Nadie se quedó sin autógrafo, foto o su sonrisa.

El «jo sóc senceller, senceller, senceller» que entonó el propio Augusto Fernández a pie de calle llevó al clímax a los presentes antes de que se desarrollara el recibimiento institucional y la esperada salida al balcón con el humo de color rojo tiñendo la noche.

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El saludo de Augusto Fernández desde del balcón elevó los decibelios y la emoción de los asistentes. El piloto, que estuvo acompañado por su padre y su madre, agradeció el apoyo y lideró varios cánticos que hicieron las delicias de sus vecinos. Arropado por sus amigos de toda la vida agradeció todo el cariño recibido y volvió a desatar la locura con algunos de los hits más habituales.

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Firmó camisetas, motocicletas, juguetes, manos, papeles... un sinfín de recuerdos también en forma de foto y de selfi que sobre todo los más pequeños guardarán como un tesoro y que les permitirá contar el lunes cuando vuelvan a clase que ellos estuvieron allí sintiendo que el campeón del mundo de Moto2 es uno de los suyos. Porque precisamente la cercanía de Augusto Fernández le dio más emotividad a una recepción a la altura de la ocasión. Disfrutaron los presentes y sobre todo el propio campeón. Había festejado la victoria en el circuito y en la gala de los campeones en Valencia, pero la ilusión de hacerlo en casa era especial.

«¡Brutal! Estoy muy contento y orgulloso de haber movilizado a tanta gente y de llevar el nombre de Sencelles y Mallorca por todo el mundo», expresaba Augusto. «Tenía muchas ganas de volver para celebrarlo con la gente de siempre», concluía sin dejar de firmar autógrafos y fotografiarse con todos aquellos que convirtieron la jornada de ayer en su gran día.