Izan Guevara muestra su casco conmemorativo del Mundial de Moto3. | MotoGP

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Abrumado por la felicidad del momento y la importancia del hito alcanzado, Izan Guevara era un hombre feliz tras conseguir el sueño de ser campeón del mundo de Moto3, en el Gran Premio de Australia y con una nueva victoria, la sexta de la temporada. «Es una sensación increíble. Soy campeón del mundo después de una carrera y una temporada fantásticas», admitía el mallorquín, de 18 años, en conversación telefónica con Ultima Hora desde Australia. Un campeón recién estrenado que no escondió la dureza de la carrera, en la que dirimó un duro pulso con su compañero Sergio García, Deniz Öncu y Ayumu Sasaki. «He estado empujando al máximo durante todo el tiempo y al final el sueño se ha hecho realidad», aseguraba visiblemente emocionado el pupilo de Jorge Martínez 'Aspar', que quiso aprovechar el momento para «dar las gracias al equipo por todo su apoyo, a mi familia y a todos mis amigos».

«La primera dedicatoria va para mi familia. Ellos son los que lo han dado todo para que yo pueda cumplir mi sueño. Sin ellos a mi lado, no hubiera sido posible. En segundo lugar, me gustaría dedicarle este título a mi equipo por todo el esfuerzo que han realizado esta temporada. Al final, todos juntos hemos conseguido este merecido título», comentó feliz y embargado por un momento inolvidable. «Se me han pasado mil cosas por la cabeza, mil recuerdos de toda mi vida, de cuando veía las carreras por televisión... Todo muy emocionante y tengo ganas de volver a Mallorca para celebrarlo con mi gente, mi familia y quienes me han apoyado siempre», aseguraba desde el mismo trazado de Phillip Island.

La solvencia que da el ser campeón con dos carreras de margen refleja la seguridad que Guevara tenía en sus opciones esta temporada, la segunda en el Mundial de Moto3. «Desde principios de año pensaba que esta podría ser una temporada positiva. No imaginaba estar a este nivel, pero sí confiaba en estar en la lucha por el título hasta el final, hasta Valencia», explicaba Izan desde Phillip Island. A la vez, remarcó que «el punto de inflexión definitivo fue en Aragón. Tras la carrera de Motorland se nos puso el Mundial de cara y pensamos seriamente que era el momento de ir a por el título. Desde ese punto, supimos mantener la distancia sobre mis rivales y todo fue un poco más fácil», añadía el nuevo rey de Moto3 y tercer balear campeón del mundo de velocidad.

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Echando la vista atrás, su mejor recuerdo de este 2022 llegó «cuando conseguimos subir al podio en seis carreras seguidas, dos de ellas con victoria. También recordaré Sachsenring, porque fue la primera carrera en la que logré escaparme con diferencia, casi cinco segundos, y hacer eso en Moto3 no es sencillo. Me siento muy orgulloso de que lo consiguiésemos nosotros y es un recuerdo que llevaré siempre conmigo», proseguía el palmesano, que a la par recuerda los instantes más compicados del curso. «El inicio de temporada fue muy duro. Tuvimos sanciones en Catar cuando salíamos en la 'pole', en Argentina se nos rompió el motor cuando iba primero, en Austin nos penalizaron por adelantarnos en la salida... Pero si me tengo que quedar con uno, creo que Silverstone fue un momento muy complicado. Tanto Sergio (García Dols) como yo llegamos a ese Gran Premio con una distancia considerable respecto a Foggia, pero allí perdimos esa ventaja», añade.

Un puntal básico para entender la gesta de Izan siempre ha sido para el piloto su equipo, el Aspar Team. «Sin ellos, esto no hubiese sido posible. Formamos un equipo y ese es nuestro pilar fundamental. Este año hemos hecho un grupo increíble, nos hemos mantenido unidos y este título es la recompensa al trabajo realizado por todos durante la temporada», resalta al respecto, destacando dentro de la emoción del momento el hecho de ser campeón con victoria. «Ganar el Mundial ganando el Gran Premio es lo máximo», aseguraba, a la par que confesaba que «alguna lagrimita» había caído tras ver la bandera a cuadros en Phillip Island, y dentro del casco «no podía parar de gritar... Es un momento total, inolvidable... Es que no te salen las palabras porque son muchas emociones y muchas cosas las que te vienen a la cabeza en tan poco tiempo», sentenciaba Izan.

El futuro para por acabar la temporada en curso, a la que le quedan dos citas (Malasia y Valencia), para dar «el siguiente paso, que será afrontar el salto a Moto2. Pero ahora quiero centrarme en disfrutar este título de Moto3 y ya el año que viene estaremos a tope en la categoría intermedia», advirtió el 28, que de esta temporada saca conclusiones positivas. Y la primera es que «haber estado peleando por un título te hace madurar mucho. He aprendido a hacer más piña con el equipo, ser constante en el trabajo, conocer mis puntos fuertes y débiles. En definitiva, este año nos ha servido para mejorar mentalmente dentro de la pista y gestionar mejor las situaciones adversas», decía Izan.

Valorando el momento y lo conseguido, era claro Guevara al afirmar que «si me llegan a decir cuando era niño que sería campeón del mundo, no me lo hubiese creído. Mi trayectoria ha sido igual de rápida que difícil. En algún momento he estado cerca de tener que retirarme por falta de presupuesto. Por suerte, pudimos seguir compitiendo y peleando por títulos y ha llegado este, que es muy grande», concluía el flamante campeón del mundo, que agradecía las palabras de felicitación de sus antecesores, Jorge Lorenzo y Joan Mir, y admitía que «Mallorca tiene algo especial. Pero además de lo que haya hecho yo u otros, hay más pilotos jóvenes que tienen talento. Pero sí, llama la atención que salgan tantos campeones del mundo. Jorge, Joan, yo... Y seguro que Augusto (Fernández, en Moto2), que estoy convencido de que lo conseguirá también, se lo merece», concluyó Guevara antes de seguir atendiendo compromisos con medios de todo el planeta.