Estadísticas del circuito internacional de Shanghai, donde se disputa el Gran Premio de China.

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La escudería Ferrari, que estrena máximo responsable en la figura de Marco Mattiacci, quiere iniciar su particular revolución en el Gran Premio de China, cuarta cita de la temporada donde Fernando Alonso ganó el año pasado, pero que afrontará sabiendo que el favoritismo vuelve a corresponder a los monoplazas de Mercedes pilotados por Lewis Hamilton y Nico Rosberg.

Ferrari decepcionó en Bahréin, donde Alonso y Kimi Raikkonen finalizaron noveno y décimo, respectivamente, acusando graves problemas de potencia en su coche. El presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, presente en el circuito árabe, tomó buena cuenta de lo ocurrido y no dudó en aceptar la dimisión presentada una semana después por Stefano Domenicali.

«Es una decisión tomada con el deseo de hacer algo para dar una sacudida al equipo», explicó Domenicali, inmediatamente reemplazado por un neófito en la Fórmula 1 como Marco Mattiacci, quien hasta ahora ocupaba la presidencia de Ferrari Norteamérica, en el primer cambio en la dirección de la 'Scuderia' desde que Jean Todt se despidió a finales de 2007.

«No vamos a mejorar un segundo por la marcha de Domenicali», ha avisado Alonso nada más llegar al Circuito Internacional de Shanghai, que le trae los buenos recuerdos de dos victorias cosechadas el año pasado y hace ocho temporadas, cuando iniciaba su ciclo triunfal en Renault.

El piloto español, que sigue persiguiendo su primer podio de la temporada después de dos cuartos puestos y el 'desastre' de Bahréin, ha recordado que su F14 T debe progresar «en todas las áreas» si quiere colarse en la pelea con los mejores. En cualquier caso, mantiene el optimismo mostrado después de la última carrera. «Estoy seguro de que tendremos mejoras en la próxima carrera y creo que la revancha llegará en China», dijo entonces.

Mercedes quiere prolongar su dictadura

La única certeza en la parrilla es que Mercedes volverá a ser el rival a batir, después de dominar con insultante autoridad en Australia, Malasia y Bahréin. El circuito chino trae buenos recuerdos tanto a Hamilton, que buscará el tercer triunfo tras imponerse en 2008 y 2011, como a Rosberg, que en 2012 cosechó su primer gran fin de semana en la Fórmula 1 en Shanghai, encadenando su primera 'pole' y su primera victoria.

El inglés busca su tercer triunfo consecutivo, algo que nunca ha logrado en su carrera en la Fórmula 1, y de paso acercarse al liderato del Mundial reduciendo los 11 puntos que le separan de su compañero de equipo. Por detrás, el sorprendente Nico Hulkenberg (Force India) es tercero, a 33 puntos del liderato y Alonso es cuarto, a 35.

Por su parte, Red Bull aspira a mejorar tras una semana en la que ha sufrido un revés judicial, después de que la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) desestimara su recurso, confirmando la descalificación de Daniel Ricciardo en el Gran Premio de Australia. El responsable de Renault, Remi Taffin, ya ha avanzado que los monoplazas con motor de la casa francesa, caso de Red Bull, mejorarán sus prestaciones este fin de semana.

Sin embargo, el circuito chino cuenta con la recta más larga de todo el campeonato con 1,17 kilómetros, circunstancia que favorece a los coches con unidades de potencia de Mercedes, y perjudica a Ferrari, que ya sufrió en las rectas de Sakhir. Con pronóstico de lluvia para la calificación del sábado (8.00 hora española), se espera que no caiga agua durante la carrera (9.00 hora española).