Pese a que no pudo hacerse con el mundial de Moto 3, Luis Salom ha sido recibido como un campeón en su tierra. | M. À. Cañellas

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La despedida no fue lo festiva que hubiera deseado, pero el cariño recibido por Luis Salom desde minutos después de bajarse de su KTM en Cheste, y especialmente el recibimiento al piloto en Son Sant Joan, han supuesto una inyección de moral añadida para un hombre que ha dejado un enorme legado en una categoría joven como Moto3 (con dos temporadas de vida y heredera de los clásicos 125 centímetros cúbicos). Una cilindrada en la que se forjan las futuras figuras de MotoGP y que ha encandilado a los buenos aficionados con actuaciones como las firmadas por Salom, Rins y el campeón, Viñales.

EN UN MUNDIAL en el que se prima la regularidad, un final para olvidar (dos puntos de 50 en Japón y Valencia) ha lastrado las opciones y dilapidado el sueño de Luis y los suyos. Nunca tuvo tan cerca el ser campeón del mundo, pero madera le sobra para que se le vuelva a presentar otra oportunidad.

La próxima estación es Moto2, y la estructura de Sito Pons es toda una garantía. Si este año heredó una moto campeona del mundo (la de Cortese), el que viene repite (con la de Pol Espargaró), pero con el reto de estrenarse en una cilindrada desconocida por ahora, aunque sabedor de que todos conocen sus virtudes. Las que le han llevado a ser historia viva de la pequeña de las cilindradas.

NADIE HA GANADO más carreras que Luis en Moto3. No sólo esta temporada, que ha sumado siete (por las 6 de Rins), sino en la corta singladura de la categoría. Y es que Salom amontona nueve (contando las dos de 2012), por las ocho del nuevo campeón, Maverick Viñales, pese a que éste tiene otras 4 en 125. Por detrás quedan Rins y Cortese con cinco. Pero nadie, en la era Moto3, por ahora ha podido igualar la colección de primeras plazas del mallorquín. Su herencia y legado al motociclismo ante el salto de categoría, una etapa más dentro de una trayectoria en la que la lucha y el sacrificio han sido máximos para para alcanzar su status actual dentro del ‘paddock’.

EL DESTINO quiso privarle de la gloria tras el peor de los desenlaces. De su mala fortuna en Motegi y Cheste sacó petróleo Maverick Viñales. Ahora, sus destinos se cruzarán en un mismo ‘box’ y con un idéntico reto a medio plazo, aunque a buen seguro que Luis ha tomado buena nota y guardado esta experiencia en su disco duro en vistas a un futuro que pinta bien.

AL VOLVER A CASA, reiteraba el tercer clasificado de Moto3 que había que valorar lo que se había conseguido a lo largo de una temporada en cuya práctica totalidad ha comandado el Campeonato. Igualmente, no escondía que había hecho méritos para ganarlo. Pero el deporte tiene estas cosas y en el motociclismo las matemáticas son un juez que muchas veces no computa ni pone sobre la balanza todo el material. Y con Luis Salom, el Mundial tiene una cuenta pendiente.