El piloto español de Fórmula Uno Fernando Alonso, de la escudería Ferrari, traza con su monoplaza una de las curvas del circuito de carreras de Hockenheim. | Efe

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El español Fernando Alonso (Ferrari) dio un importante paso hacia su tercer título mundial de Fórmula Uno al redondear un fin de semana de ensueño en Hockenheim, donde, después de firmar la 'pole' el sábado, hoy ganó el Gran Premio de Alemania, la décima prueba del campeonato.

Alonso fortaleció su liderato al imponerse en el circuito alemán -escenario en el que ya había ganado en 2005, con Renault, y en 2010, con su actual equipo-, esta vez por delante del local Sebastian Vettel (Red Bull) y del inglés Jenson Button (McLaren), otros dos campeones mundiales -el alemán los últimos dos años y el británico en 2009- que lo acompañaron en el podio de Hockenheim.

Donde el doble campeón asturiano firmó su trigésima victoria, la tercera de la temporada y la novena desde que capitanea a Ferrari, la escudería con más solera de la Fórmula Uno, única presente en todas las ediciones del Mundial desde su creación, en 1950.

Con este nuevo triunfo, Fernando se sitúa a una victoria del inglés Nigel Mansell, que detenta la cuarta mejor marca de todos los tiempos, por detrás del alemán Michael Schumacher -el 'hombre record' de la F1-, que ganó 91 veces; del francés Alain Prost, vencedor en 51 ocasiones; y del brasileño Ayrton Senna, que festejó 41 triunfos antes de fallecer accidentado en Imola (Italia) en el Gran Premio de San Marino de 1994.

Alonso sigue haciendo historia y, pase lo que pase, se irá de vacaciones encabezando el Mundial de los seis campeones, porque sus 154 puntos -34 más que el segundo clasificado, el australiano Mark Webber (Red Bull), octavo hoy- no los superará nadie el próximo fin de semana en Hungría.

El español ya había causado una gran impresión durante todo el fin de semana, especialmente en la cronometrada principal, en la que se exhibió sobre seco, mojado y en condiciones de lluvia extrema, firmando la vigésima segunda 'pole' de su carrera, la segunda -consecutiva- de la temporada y la cuarta desde que pilota de rojo.

Alonso efectuó una gran salida, pero Vettel -cuyo monoplaza, al igual que el de su compañero Webber, fue investigado antes de la prueba, por parte de los comisarios, que no vieron motivo de sanción por una alteración del mapa motor- venía fuerte por detrás.

Ambos fueron abriendo hueco, con el alemán rodando las primeras vueltas a unas nueve décimas por detrás del español, que, por conducto radiofónico calmaba a sus ingenieros: en el decimoquinto giro la diferencia ya superaba los dos segundos.

Por detrás venía bien Button -que había ascendido del sexto al tercer puesto- y 'volaba' el mexicano Sergio Pérez (Sauber), duodécimo en la calificación, pero sancionado con cinco puestos en parrilla y que había salido decimoséptimo. Antes de parar, en la 17, 'Checo'-sexto hoy- había avanzado trece posiciones y rodaba cuarto.
Un giro más tarde hizo su primera entrada en garaje el líder del Mundial, que cambió el neumático blando por el medio, como la mayoría, en su primer 'pit'.

Mientras su compañero y compatriota Lewis Hamilton se hundía en su centenario en F1, Button paraba en la vuelta 19. Y Vettel, dos más adelante, devolviéndole el liderato a Alonso, que ya no cedería el primero hasta meta.

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Tras la reordenación, en la 23, Fernando comandaba con dos segundos sobre el alemán, 5,6 sobre Button y con 11,8 sobre Raikkonen -de nuevo con blandas-, que rodaba cuarto.

Vettel rodaba deprisa y se acercaba, peligrosamente, llegando a estar a seis décimas de Alonso en la vuelta 30. Pero el genial piloto asturiano, un hueso muy duro de roer, resistía las embestidas del bicampeón de Heppenheim y en el ecuador de la prueba, tras el trigésimo cuarto de los 67 giros, lideraba con un segundo sobre el alemán y con 3,5 sobre Button.

Que en esos momentos también doblaba a un Hamilton, que molestó a Vettel cuando éste le dobló y que volvió inmediatamente después a desdoblarse de ambos. Rodó unas vueltas entre Alonso y el alemán, protagonizando un curioso capítulo de difícil comprensión para quien se hubiera puesto a ver la carrera en ese preciso instante.

En la 41, Alonso y Vettel efectuaron su segunda parada -de nuevo a medios-, que se saldó con la pérdida de un puesto del alemán en favor de Button, que había parado antes que ellos, asimismo para repetir compuesto duro.

La batalla por el segundo puesto favorecía en esos instantes al capitán de Ferrari, pero Button acabó superando con claridad a Vettel, convirtiéndose en alternativa de poder, al mismo tiempo que en indirecto aliado del campeón astur, que aspira a ganar este año su tercer titulo mundial.

A falta de veinte vueltas, Jenson era segundo, a siete décimas, con Vettel a tres segundos. Pero Alonso, a quien nadie regaló el honor de convertirse en uno de los mejores pilotos de la historia, también es completamente inflexible a la hora de las concesiones. Y contuvo todas las arremetidas del Miembro del Imperio Británico, título que aparte de Button, también detenta Hamilton, que con su retirada fortaleció aún mas el liderato del español.

A diez para meta, Fernando le llevaba seis décimas al inglés y 2,8 segundos a Vettel; con Raikkonen, cuarto, a 14,4; y los dos Sauber de Kobayashi y Pérez en quinta y sexta posición.

En McLaren estaban convencidos de que la victoria era factible y así se lo comunicaron por radio a Button, instantes después de que abandonase Hamilton. Quizá para motivarlo. O porque midieron mal: Jenson aún se vio superado por Vettel, que acabó segundo, en una acción que en el momento de redactar esta crónica estaba siendo investigada por los jueces.

El resto de los anteriormente citados mantuvieron sus puestos y 'Checo' festejó la remontada del día, al pasar del 17 al sexto. Pero el gran triunfador fue Alonso, que ya sólo tuvo que controlar el paseo hasta meta y festejar su trigésima victoria en su última carrera con 30 años.

El próximo domingo cumplirá 31. En el Hungaroring. El escenario de su primera victoria. Donde empezó todo.