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El australiano Casey Stoner (Honda RC 212 V) y el español Jorge Lorenzo (Yamaha YZR M 1) llegan al circuito de Jerez, escenario este fin de semana del Gran Premio de España de MotoGP, con muchas ganas de continuar la racha iniciada en Qatar, en tanto que el italiano Valentino Rossi (Ducati Desmosedici) y el español Dani Pedrosa (Honda RC 212 V) buscan la recuperación de los problemas físicos que les adolecen.

La victoria de Stoner en Catar seguro que es el suficiente estímulo para que el piloto de nuestras Antípodas llegue en las mejores condiciones a la primera carrera en el Viejo Continente, en donde suelen ser habituales las exhibiciones de los pilotos españoles, como la conseguida en la pasada edición por Lorenzo.

En 2010 el campeón del mundo de MotoGP logró una bonita victoria en Jerez que celebró con baño incluido en el lago, del que luego le costó salir y seguro que para la presente edición Lorenzo ya tiene pensada cual será su forma de celebrarlo, si bien para ello necesitará aplicarse a fondo frente a un rival que ha demostrado un potencial extraordinario.

El eje de la duda lo volverán a sustentar el italiano Valentino Rossi y el español Dani Pedrosa y es que ambos arrastran todavía las secuelas de las lesiones que sufrieron la pasada temporada y que si bien en el caso del de Honda daba por olvidadas, la primera carrera en el circuito de Losail le hizo darse cuenta de que no era así.

Por esta razón su rendimiento en el trazado de Jerez de la Frontera será una auténtica incógnita, puesto que descartado cualquier tipo de lesión latente, el único proceso de recuperación al que se puede someter Pedrosa es el tiempo.

Así, hasta que no llegue el momento de la salida del Gran Premio de España, más bien el primer tercio de competición, ni el propio Pedrosa sabrá como va a responder su cuerpo ante las exigencias de máximo esfuerzo y, además, en un circuito en el que el trabajo es constante, independientemente del extraordinario rendimiento que ha evidenciado la nueva Honda RC 212 V.

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Algo semejante le sucede a Valentino Rossi, pues ni su estado físico es el óptimo ni su nueva Ducati Desmosedici se encuentra al ciento por ciento como a él le gustaría.

Los ingenieros de Borgo Panigale trabajan incansablemente para darle a Rossi la moto que él quiere, pero el nueve veces campeón del mundo también reconoce que su hombro todavía le genera algunas molestias de pilotaje que, como en el caso de Pedrosa, necesitan más tiempo de recuperación.

En plenitud de facultades llegarán los dos italianos de Honda, Andrea Dovizioso y Marco Simoncelli, como también el estadounidense de Yamaha, Ben Spies, y no así el británico Cal Crutchlow (Yamaha YZR M 1), que sufrió una caída en Losail en la que se produjo una fuerte herida en el dedo meñique de su mano.

Otro estadounidense, John Hopkins, regresa a la más alta competición del motociclismo para cubrir el hueco del español Alvaro Bautista al manillar de la Suzuki GSV RR.

Bautista continúa con su proceso de recuperación tras la fractura de fémur que se produjo en Losail y espera estar recuperado para el Gran Premio de Portugal, razón por la cual se somete a diario a un intensivo plan de fisioterapia y rehabilitación con cámara hiperbárica incluida y así acelerar su regreso en Estoril.

El mero hecho de ser Jerez el escenario, ya otorga ciertas posibilidades a Héctor Barberá (Ducati Desmosedici) de protagonizar una buena actuación, siempre y cuando otro neumático defectuoso no se cruce en su camino como ya le sucedió en Catar.