El debut de Rossi con la Ducati (46) es otro aliciente. | Reuters

TW
0

Destronar a Jorge Lorenzo y acabar con el reinado de Yamaha. Esas son las premisas que Honda tiene grabadas a fuego para recuperar el trono de MotoGP en el año de la despedida de las máquinas de 800 c.c. A seis días del semáforo verde en Losail, el que marcará el inicio del Mundial 2011, una parrilla de diecisiete pilotos da forma a un evento con dieciocho paradas -cuatro de ellas en suelo español: Jerez, Montmeló, Motorland y Cheste-. Todos contra Lorenzo, en pugna por hacerse con el número uno que lucirá el carenado de la Yamaha M1 del piloto mallorquín.

La marca del ala dorada ya mostró evidente mejoría en la recta final de 2010, y la pretemporada en curso no ha hecho otra cosa que confirmar el poderío de las Honda. Eso, y el refuerzo de la estructura a nivel técnico y deportivo. Ahora no solo es Pedrosa el enemigo. El box del Repsol Honda se divide en tres para dar cabida al subcampeón y a su fichaje estrella: Casey Stoner. Andrea Dovizioso completa el triplete, al que Honda da continuidad en su equipo satélite, donde Marco Simoncelli y el japonés Jiroshi Aoyama refuerzan el bloque, con otro español a la espera. Toni Elías regresa a MotoGP tras coronarse en Moto2 y se sitúa como piloto de referencia del LCR Honda.

La fábrica de Iwata no ha querido quedarse atrás. Yamaha no tiene patrocinador principal, pero mantiene a Lorenzo y Ben Spies -sin muro- como argumentos principales. Colin Edwards y el británico Cal Crutchlow forman el tándem del Tech3 como escuderos de la estructura oficial.

La otra imagen es la de Valentino Rossi a lomos de la Ducati. Evolucionar la Desmosedici, superar sus problemas físicos y entrar en la lucha por el título son los retos del 46, que lidera el bloque de Ducati (Hayden, Capirossi, De Puniet, el debutante Karel Abraham y Héctor Barberá), mientras Àlvaro Bautista es la apuesta única de Suzuki en su lucha por sobrevivir en el Mundial, en el que la crisis ha aterrizado levemente.