Joan Mir, al frente de un grupo de pilotos en la carrera que le ha valido el título mundial. | Efe

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El español Joan Mir, natural de Palma y nacido el primero de septiembre de 1997, se podría decir que ha sido campeón del mundo a las primeras de cambio y un gran estratega durante toda la temporada.

A las primeras de cambio porque se inició tarde en las competiciones motociclistas, pues comenzó a disputar el mundial en 2016 y ya en 2017 logró su primer título del orbe.

Y un gran estratega por la inteligencia que ha demostrado en el desarrollo y desenlace de las carreras, aprovechando el mejor momento para atacar a sus rivales y siempre con gran eficacia en la consecución de sus objetivos, aunque esta habilidad quedase algo empañada por los problemas que le acuciaron en la carrera de Japón y que no supo gestionar.

Mir lleva el dorsal «36» en su moto, consecuencia directa de la influencia de su primo segundo Joan Perelló, en realidad es primo de su padre Juan, quien también fue piloto de motos y le metió el «venenillo» de las carreras, pues no proviene de una familia con afición arraigada a las motos, aunque si al deporte, ya que su padre es propietario de dos tiendas deportivas especializadas en patinaje en Palma de Mallorca.

Sus padres, Juan, y su madre Ana, están divorciados, y Joan Mir tiene dos hermanos más pequeños, Mauro, de 11 años y fruto de otra relación de su madre, y Fiona, de nueve años también de otra relación de su padre, aunque todo ellos mantienen unos vínculos muy estrechos y todos siguen muy de cerca la carrera del primogénito.

El flamante campeón del mundo de Moto3 en 2017 se inició en las competiciones de motociclismo a los diez años y entre las temporadas 2009 y 2011 se proclamó campeón balear en distintas categorías de minimotos y minimotard dentro de la escuela que dirige el padre de Jorge Lorenzo.

Duró poco esa relación pues algunas cosas no gustaron demasiado al padre del joven piloto, que siempre tuvo el apoyo económico de familiares muy allegados y la tranquilidad de las becas conseguidas por las innatas habilidades del joven Joan.

En 2013 fue el único piloto español seleccionado para participar en la Red Bull MotoGP Rookies Cup, una copa de promoción que se disputa al unísono con algunas carreras de mundial de motociclismo, en la que logró la novena posición.

Al año siguiente logró ser subcampeón de esta competición y en 2015 disputó con su actual equipo, el Leopard Racing, el campeonato de España de motociclismo, el FIM CEV Repsol, además de sustituir al japonés Hiroki Ono por lesión en el Gran Premio de Australia.

Ese año protagonizó una de sus gestas más heroicas al salir último en la carrera de Le Mans, en Francia, para conseguir colocarse primero en apenas unas vueltas, aunque una caída le impidió completar su remontada; lo que si hizo fue mostrar a todo el mundo el potencial que acuñaba y que ahora le ha llevado a proclamarse campeón del mundo.

La temporada 2016 fue su primera «incursión» al completo en el campeonato del mundo de Moto3, una vez más de la mano del equipo Leopard, al manillar de una KTM, con la que terminó quinto y logró el título de mejor debutante del año, además de su primera victoria en el campeonato del mundo, en el Gran Premio de Austria disputado en el nuevo circuito «Red Bull Ring» de Spielberg, después de ser también el más rápido de entrenamientos.

Ya en la temporada actual, en la que su equipo cambió la KTM por la Honda, se podría decir que Joan Mir ha «arrasado», pues sumó dos victorias consecutivas en las primeras citas de la temporada, en Qatar y Argentina, a las que luego agregó otras seis más en Francia, Cataluña, Alemania, República Checa, Austria y Aragón, para convertirse en el único piloto del campeonato del mundo en curso que, hasta Japón, había conseguido puntuar en todas las carreras.