Marco Asensio y Rafa Mir -en la imagen flanqueando a Merino- dejan atrás tierras niponas con la medalla de plata al cuello.

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Tokio 2020, los Juegos Olímpicos con mayor participación balear de la historia, desde la irrupción de los deportistas isleños en París 1900, dejaron un balance numérico que refleja un descenso en el número de medallas respecto a Río 2016, pero a la vez un balance positivo con un mayor número de diplomas y posiciones de finalistas en manos de algunos deportistas que marcan el camino hacia el cambio de ciclo rumbo a la gran cita de París 2024.

El relevo generacional es un hecho. La ausencia de Rafael Nadal, el devenir de la selección española de baloncesto, con Rudy Fernández y Sergio Llull en la recta final de sus trayectorias, o el fin de una era en la femenina con la marcha de Lucas Mondelo y Laia Palau y el papel que asumirá en el vestuario Alba Torrens, junto al nuevo asalto sin premio a las medallas de Mario Mola son algunos de los hitos que deja la generación de oro del deporte isleño, que da paso a un grupo de jóvenes talentos que han estado entre los mejores o se mantienen entre la élite mundial, y tienen en sus resultados en Tokio un estímulo para volver dentro de tres años en París.

Las cuatro medallas, tres de plata y un bronce, suponen un leve retroceso respecto a Río, donde los deportistas isleños totalizaron el mayor registro de preseas de todos los tiempos, con seis: dos oros (Marcus Walz y Rafael Nadal), una plata (Alba Torrens) y tres bronces (Rudy Fernández, Álex Abrines y Sergio Llull), repartidos en tres deportes. A ellos se unieron los diplomas de David Bustos (atletismo, 1.500), Mario Mola (triatlón), Joanllu Pons (natación, 400 estilos), Sete Benavides (piragüismo, C1 200) y Rafael Nadal (tenis, individual).

Palmarés

Cinco años después, las alegrías en forma de medalla llegaron por cuádruple partida y en tres deportes: Marco Asensio y Rafa Mir, plata en fútbol; Joan Cardona, bronce en vela (Finn) y Marcus Walz, plata en piragüismo con el K4 500 español.

De los nueve diplomas, los hubo que pudieron ser medalla, como los cuartos puestos de Marc Tur (50 kilómetros marcha) o Paula Barceló (vela, 49erFX). El primero perdió el bronce a 150 metros de meta y la campeona del mundo se quedó a un punto del tercer peldaño del cajón en Enoshima.

El cambio de ciclo
Marcus Cooper Walz repitió éxito olímpico con el K4 500 metros. FOTO: F.F.

También anduvieron cerca el pistard Albert Torres, sexto en Madison (y décimo en Omnium), y el nadador Hugo González, con idéntica posición en la final de los 100 espalda, además de semifinalista en 200 estilos. Incluso Mateo Sanz, que competía por Suiza en vela, en el adiós del RS:X, empezó en posiciones de oro y acabó octavo tras la Medal Race.

En baloncesto, los cruces no acompañaron, y Estados Unidos apeó de una nueva medalla a Rudy (que igualó a Joan Seguí con 5 participaciones), Llull y Abrines, a la par que Francia sorprendía a Alba Torrens y la selección femenina, dejando esta vez cuatro diplomas para el deporte de la canasta.

Estrenos

Los rozaron el ‘skater’ Jaime Mateu, décimo en Park en un estreno mediático e ilusionante, de la misma manera que Nicolau Mir, referente del equipo español de gimnasia y reserva en la final de salto, o la ciclista Mavi García, duodécima en la prueba en línea femenina y que lanzó un ataque por las medallas en los dos kilómetros finales, aunque no tuvo opciones en la crono.

Los peleó también Mario Mola, décimo en la pruebas individual y relevos mixtos de triatlón y de nuevo sin recompensa olímpica a su excelsa trayectoria. Lejos se quedó la regatista catalana del CN Arenal Silvia Mas, sin opción a Medal Race en 470.

El cambio de ciclo
El menorquín Joan Cardona, a sus 23 años, abrió el medallero balear en Tokio 2020 al colgarse el bronce en la clase Finn. FOTO: F.F.

Dos actuaciones sin recompensa en forma de final o diploma, pero que merecen especial mención, son las del nadador solleric Joanllu Pons, primero en su serie de 400 estilos con nuevo récord de España (4:12.67), aunque sin poder repetir el diploma y la final de Río. De la misma manera que la atleta Natalia Romero, clasificada para semifinales de 800 metros con mejor marca personal (2:01.16) en un estreno para recordar.

Tokio nos dejó el regreso de la vela balear a un podio, 25 años después del Tornado de Pepote Ballester en Atlanta y de la mano del menorquín Joan Cardona, con su bronce en el cierre del periplo olímpico del Finn; también del fútbol, con una doble plata, la de Marco Asensio y Rafa Mir, que casi igualan la gesta de Soler y Vidal en Barcelona 92, junto a la confirmación de Marcus Walz como uno de los mejores palistas del planeta, repitiendo podio con su emocionante plata en K4 500 tras el oro de Río en K1 1000, lo que le convierte en uno de los cinco baleares con dos o más medallas olímpicas.

Pero también hay que reseñar la entrada en escena de nombres como los de Nicolau Mir, Paula Barceló, Jaime Mateu, Hugo González, Marc Tur o Joan Cardona, llamados a volver a los Juegos dentro de tres veranos. Será en París 2024. Y todos tienen un gran margen de crecimiento en este ciclo.