Marcus, segundo por la derecha, en la prueba. | Comité Olímpico Español

TW
0

Con rostro de satisfacción por el buen trabajo realizado por el K4 500 en las series, cerrando por la vía rápida el billete a semifinales, el palista mallorquín Marcus Cooper Walz (RCN Portopetro) mostraba una versión muy optimista sobre las posibilidades de la cuarteta. «Ha sido la primera toma de contacto. Independientemente del resultado, que ha sido bueno, nos hemos quitado el gusanillo, que es importante en una compeición, pues así enfocas mejor las siguientes pruebas», comentaba el balear en zona mixta.

Una jornada para la ilusión la del estreno del K4 500 en el Sea Forest Waterway de Tokio, pues «además de ganar nuestra serie, hicimos el mejor tiempo de todos, lo que nos da un extra de motivación y alegría», refería Walz, quien a la vez remarcaba que «no hemos dado el máximo, hemos reservado al final», lo que acercó a Eslovaquia a la cuarteta española.

Llegados al momento decisivo del ciclo, Marcus es consciente de que «ha llegado el día D y estamos más motivados que nunca. Estoy intentando mantener la cabeza fría, pensando en blanco. Es una barbaridad competir en una semifinal y una final olímpicas con los mejores del mundo. El día del examen final ha llegado», afirmaba con enorme confianza en las opciones de su equipo.

De la misma manera, es consciente de la expectación que ha generado esta embarcación, aunque sabe Walz cómo dosificar esa presión exterior. «Todo el mundo espera mucho de nosotros. Pero nadie espera más que nosotros mismos», decía el balear, que traza claro el libro de ruta a seguir en la madrugada española del sábado.

«Nuestro objetivo es hacer la mejo regata, llegar lo antes posible a meta y después ya veremos el resultado. Sabemos que podemos ganar, pero tambbién puede que no pase. Mente fría y para adelante», refería el campeón europeo, mundial y olímpico en las horas previas al día más esperado.