Álex Abrines posa para este diario durante su visita a Francisco Peluqueros, en el Passeig Mallorca, en la mañana de este lunes. | Fernando Fernández

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El baloncesto ha recuperado la mejor versión de un Álex Abrines Redondo (Palma, 1993) que, cinco años después, vivirá su segunda experiencia olímpica tras colgarse el bronce en Río 2016. El colofón a una temporada en la que ha vuelto a alzar el título de la ACB con el Barça, y siempre «un motivo de orgullo, un premio y una gran oportunidad para jugar con España un gran torneo y compartir experiencia con un gran equipo».

A nivel personal, las sensaciones son inmejorables, recordando que «hace dos años, no quería ni jugar a baloncesto... Pero ahora, volver a disfrutar y tener la oportunidad de formar parte de esta selección, es un honor», recordando especialmente a un compañero y amigo como Juancho Hernangómez, «que se lesionó y no podrá estar con nosotros. Le envío todos los ánimos y si conseguimos algo, también será cosa suya, pues es parte de esta familia que es la selección».

Jugar sin público no es algo nuevo para Abrines, aunque sí «llamará la atención en unos Juegos Olímpicos, a los que va gente de todo el mundo... Será un ambiente diferente, con restricciones... Se hará raro y difícil, pero hay que intentar disfrutar de esta oportunidad, porque no todo el mundo tiene la oportunidad de jugar este torneo y vivir una experiencia así, aunque sea en esta situación tan compleja», añadía el alero formado en La Salle Palma, que apuró las últimas horas libres antes de volar hacia Las Vegas -donde jugarán ante Estados Unidos-, como escala previa hacia Tokio.

Líder

Abrines ha tenido la ocasión de volver a compartir vestuario con Pau Gasol. Esta vez, además de en la selección, en el Barça. Un lujo, «un honor y una grata sorpresa por lo bien que se encuentra tras la lesión». Destacó el balear «su calidad, increíble. En el Barça nos ha ayudado muchísimo estos meses y con España es y será una pieza importante. Por su experiencia, su calidad, por los puntos que tiene en sus manos y su capacidad para hacer equipo y ser un líder. Es todo un honor poder compartir parte de mi carrera deportiva con él, pues es un grande, una leyenda del baloncesto y del deporte español. Y estos Juegos Olímpicos, para nosotros, pero también para él, son una motivación», refería Abrines, que aprovechó la mañana para dejarse ver por Francisco Peluqueros y ponerse en manos de Alberto Segura para pulir su imagen ante el gran reto de un 2021 especial para el jugador, que aprovechó estas horas en Palma para disfrutar de su familia.

Y puestos a soñar, volver con una medalla al cuello es el reto, la ilusión y la meta de Abrines y sus compañeros. «Puede pasar cualquier cosa, pero la meta está ahí. Vamos a competir y a por el podio. Y si es con un oro, mejor. Queremos medalla. Después veremos cómo llegan los rivales. Tenemos a Argentina y Eslovenia de inicio... Cada partido cuenta y esperemos estar bien desde el inicio», reseñaba.

Cuota

Por segunda vez en la historia, tres baloncestistas baleares coincidirán en unos Juegos Olímpicos. El trío Rudy-Llull-Abrines empezó a coger forma en el Mundial 2014, se asentó en Río 2016 y vuelve a la acción en Tokio. Una cuota isleña «importante», y que también enorgullece a Abrines. «Volvemos a estar los tres, y eso es una gran noticia para el baloncesto balear. Y en unos Juegos Olímpicos, sin dejar de lado a Alba (Torrens) con la selección femenina. Los mismos de Río. Ojalá podamos volver todos igual que hace cinco años con una medalla al cuello», comentaba relajado el jugador del Barça y uno de los dieciocho deportistas del archipiélago que competirán en los Juegos de Tokio a partir del próximo 23 de julio.

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Álex Abrines y su peluquero Alberto Segura.

Últimos retoques antes de volar hacia Las Vegas

Álex Abrines se puso en la mañana de ayer en manos de Alberto Segura, de Francisco Peluqueros del Passeig Mallorca, dando los últimos retoques a su imagen antes de volar a Las Vegas, escala previa de España hacia Tokio.