Joan Toni Moreno, portando su canoa en las instalaciones de Vaires-sur-Marne. | Rafa Aparicio

TW
1

El 'milagro' del Lago Esperanza, la mano del técnico Kiko Martín y la incercia creada por un palista que ha dejado huella como Sete Benavides llevaron a la emergencia de las aguas de la pista del Nord de Mallorca de nuevos talentos que han querido reivindicar su espacio y consolidar la labor de promoción y desarrollo de la canoa que lleva a cabo desde hace años el Real Club Náutico del Port de Pollença. Tras Sete llegó Toni Segura, pero el que ha cambiado la historia y su destino en los últimos meses ha sido Joan Toni Moreno Bennàssar (Pollença, 4 de abril de 2000). Tanto, que ya es medallista de bronce olímpico.

Desde las categorías de formación, este joven palista que ha tenido en su hermana -Maria Àngels- a un buen punto de apoyo, pues también se dedica a la canoa a nivel internacional. Estudiante de fisioterapia en la Universitat de les IIles Balears (UIB), vio cómo su progresión en la recta final del ciclo olímpico rumbo a París 2024 le permitía albergar esperanzas de plantar cara a la pareja campeona del mundo. Y poder cambiar su destino, como lo hacen unos Juegos y pelear por una medalla.

Él ya lo fue -campeón del mundo- en Sub 23 junto a Diego Domínguez, con quien vive su debut en unos Juegos, y enseguida vieron que era posible pelear la plaza española a Tano García y Pablo Martínez, que parecían los señalados para representar a España en estos Juegos. Por partida doble, y como remate con la plata en la Copa del Mundo de Szeged, Moreno y su compañero se ganaban el derecho de estar en París 2024, siendo el tercer piragüista balear de la lista, tras los medallistas Sete Benavides, a cuya vera ha crecido y madurado, y Marcus Cooper Walz.

Enseguida le vio maneras Kiko Martín a este 'pollencí' que no le tiene miedo a nada. Campeón de Europa de C2 500 y de C1 200, además de campeón mundial de C4 500 en dos ocasiones, con Diego Domínguez y en Mallorca ha encontrado la inspiración suficiente como para creer en su enorme potencial y saber que puede pelear y plantarle cara a los mejores en esa distancia. Y darle a su club, del que es su cuarto deportista olímpico (tras Eduardo Bellini, Pepote Ballester y Sete Benavides), su tercera medalla en unos Juegos.